Día 3

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Amaneció, y apenas los primeros rayos de sol entraron por la ventana, todas las chicas y Bruno, se encontraban despiertas y alerta. Cuando, el sol salió en su totalidad, repartieron las respectivas porciones.

Luego de haber desayunado, decidieron salir de nuevo a investigar por la escuela a ver si encontraban algo que les fuera útil. 

-Primero salgo yo, para asegurarme de que no haya nada.- se ofreció Carolina. Las chicas asintieron. Carolina salió, y volvió al instante, asegurando que no había nada para preocuparse.

Así, todas las chicas salieron. Caminaron por el patio, y se dirigieron hacia las escaleras más cercanas al laboratorio de ciencias. Subieron por las escaleras, cuidando que ningún zombie apareciera de pronto. Llegaron al laboratorio, y entraron. 

Al entrar, inspeccionaron cada centímetro del lugar. Se adentraron hasta la bodega, pues allí podrían encontrar algo que les fuera de ayuda. Apenas abrieron la puerta, se sorprendieron al ver dos pares de ojos en la oscuridad. Las chicas salieron corriendo, cuando aquellas criaturas se abalanzaron sobre ellas.

-¡Mierda!- Gritó Bruno mientras corrían.

Cuando las criaturas al fi salieron de la oscuridad, pudieron ver de quienes se trataba...

Baruc y Dulce, perseguían a los que eran sus compañeros. Justo cuando Baruc estaba a punto de darle la primera mordida a Bruno, este último, golpeó al zombie en la cabeza con el tubo oxidado que llevaba consigo.

-Aléjate, hijo de la chingada.- Exclamó Bruno, levantándose y corriendo del lugar con las chicas.

Corrieron lo más rápido posible. La adrenalina era tanta que no podían sentir cansancio.

Llegaron al laboratorio de tecnología, en donde entraron y se escondieron al fondo, bajo el escritorio del profesor Alexander. Aquel lugar estaba intacto, y al parecer era el único en donde no habían penetrado los zombies.

Permanecieron allí el tiempo suficiente como para que los zombies se hubieran marchado y fuera seguro salir. Pero antes de salir, recorrieron el lugar en busca de algo para poder comunicarse al exterior o para defenderse de los zombies dentro de la escuela. Lo único que encontraron fue las computadoras, pilas de cuadernos perfectamente ordenados, celulares sin batería, algunos cargadores y una mochila vacía. Tomaron todo lo que encontraron y lo colocaron en la mochila. Bruno se puso la mochila en la espalda y salió antes que todas las chicas para asegurarse de que no hubiera zombies cerca.

Salieron y subieron a los salones de primeros a investigar. Subieron cuidadosamente las escaleras. Fue tan impactante para las chicas y Bruno, ver pedazos de carne humana, vísceras, órganos y demás restos esparcidos por las escaleras. Carajo, de verdad que esto era una verdadera pesadilla.

Al subir, se dirigieron hacia la oficina de las orientadoras de los grupos de primero, haciendo lo mismo que hacían cada que exploraban un nuevo espacio, buscar indicios de sobrevivientes, buscar cosas útiles e intentar no ser atacados por zombies.

Lo único que había allí, era un aroma a putrefacción intenso, todo estaba desordenado y no había nada de utilidad. Salieron de allí para ir al salón de 1°C.

Entraron al salón de 1°C. Cada una de las bancas se encontraba bañada en sangre, todo estaba desorganizado y se escuchaban gruñidos; solo que ninguno de los sobrevivientes se habían percatado de los gruñidos. Se adentraron, y comenzaron a recorrer el aula pasando entre las filas.

Estaban en completo silencio, cuando de pronto, la puerta cayó al suelo y con un estruendo hizo salir al zombie oculto entre las bancas al fondo del salón. Cuando el zombie salió a la luz, pudieron darse cuenta de que se trataba de...

Ezequiel, aquel pequeño zombie que a todos agradaba, los comenzó a perseguir. Las chicas y Bruno salieron huyendo.

-¡¡ESPEREN!!- Vociferó el pequeño zombie, aunque para los demás sonó más bien como gruñidos, que por milagro pudieron entender.

Bruno y las chicas se detuvieron en seco, con el corazón latiéndoles con tal fuerza que sentía que se les escapaba del pecho. Se giraron despacio para mirar hacia donde de encontraba el zombie.

-Miren, sé que están asustados, pero yo no busco hacerles daño, al contrario, lo que busco que ayudarlos y cuidarlos de que no les suceda nada malo.

-¿Cómo estamos seguros de eso?- Preguntó Julieta, asomándose por detrás de Valeria.

-Yo los puedo ayudar a terminar con toda esta pesadilla, que seamos sinceros, es una verdadera mierda.

-¿Tú conoces al culpable de esto?- Cuestionó Bruno, que se encontraba al frente de las chicas.

-No con exactitud. Lo que sé es cómo se inició esto. 

LOS ZOMBIES TAMBIÉN ESTUDIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora