- Te necesito en mi oficina ya. - y colgó.
Apenas había llegado y ya estaba recibiendo órdenes de Shrek, el ogro de la oficina.Camine rápidamente aún con los ojos casi pegados , signo que me acababa de levantar y entré a la oficina.
- Dígame. - dije cuando estuve frente a el.
- Los contratos que me diste ayer, están mal , vuelvelos a hacer.
- Yo no hice eso, lo hizo Joseph. - dije con algo de molestia.
- Bueno, pues vuelvelos a hacer tu.
- ¿Por qué me tiene tanto coraje? - solté de una vez por todas.Entre las constantes visitas de Gastón pidiendo que regresará con el... Supongo que es porque ya se le acabó el dinero para solventar la renta del departamento. Y los constantes maltratos de mi jefe estas últimas dos semanas había llegado a mi punto máximo de paciencia.
- ¿Perdón? - acomodo su saco y se levantó del escritorio.
- Si, ¿Por qué solo a mí me trata así? Lo he estado observando con sus demás empleados y es un amable jefe de miel y conmigo es el ogro del cuento.
- ¿Si sabes que te puedo despedir por tal falta de respeto? - contestó con altanería.
- Lo sé, y por eso mismo me he detenido todos éstos días, pero ya llegué a mi límite, es insoportable seguir así.
- ¿Quien es el tipo que te viene a buscar tan a menudo? - soltó de pronto y sin preámbulos.
Me quedé callada. Su pregunta me sorprendió.
- ¿Disculpe?
- Lo que oíste.
- Estoy en mí derecho de no contestar esa pregunta, porque mi vida personal no es parte de mi trabajo. - ya me estaba fastidiando.
- Entonces te contesto lo mismo Violetta Michel, estoy en mi derecho de no contestar la pregunta que me acabas de hacer hace unos segundos.
Ya se había aprendido mi nombre, fue ahi que me sorprendió por segunda ocasión.
- Bien. - fue lo que le contesté y me di la media vuelta para irme, pero el fue más rápido y se interpuso entre la puerta y yo.
- No te irás de aquí antes de que me contestes lo que te pregunté. - dijo desafiante.
- No lo haré. - contesté con el mismo tono.
Caminó dominante hacía mi y yo retrocedí hasta que tope con el escritorio y me detuvo.
- Estás atrapada Michel. - odiaba que me dijeran por mi apellido, pero en esta ocasión, viniendo de el, me parecía muy sexi.
Puso sus manos una a cada lado de mi impidiendo mi huida.
- Yo pregunté primero, así que contésteme usted. - respondí sin bajar la cabeza.
- Aquí las reglas las pongo yo. - dijo muy cerca de mi rostro.
Podía oler su aliento mentolado y su perfume caro.- Como soy una empleada casi despedida, no estoy dispuesta a seguir sus reglas. - seguía en mi actitud de diva.
Sus ojos brillaron y sonrió.
Alternaba su mirada entre mis labios y mis ojos constantemente lo cual estaba a punto de volverme loca.- Señor lo están esperando en... - entró Anaís sin aviso a la oficina. - la, la, sala de juntas. - terminó titubeante.
İnmediatamente quise sacarme, pero el no se movió, seguía con su mirada clavada en mi.
- Ahora voy. - respondió, tranquilamente. - y por favor. - volteó un segundo a verla. - toque la puerta en la próxima ocasión.
Esto estaba siendo demasiado vergonzoso, sentía la mirada desconcertada de Anais sobre nosotros, intentaba safarme pero el lo impedía.
Anais asintió y salió de la oficina.
- ¿Que está loco? - intentaba irme pero el seguía deteniendome.
- Te dije que no te irías sin contestarme.
Esto se estaba volviendo demasiado intenso, nuestros cuerpos ya estaban demasiado cerca y para mí desgracia no me estaba disgustado.
Quería decirle "Ya besame, omitir intro" , mi cuerpo lo gritaba pero me mantuve serena.
- Es mi ex novio. - contesté de una vez por todas.
- Bien, dile que no debería acercarse mucho a ti. - dijo mientras se alejaba. - Digo... si no quiere tener problemas. - recogió un par de carpetas y se encaminó a la puerta.
- Oiga pero no me contestó mi pregunta.- quise detenerlo antes de que se fuera.
- Puedes volver a tu trabajo, Michel. - sonrió con burla y se fue.
¿Que fue eso?
Me pregunte para mí misma.Desconcertada salí hacía mi oficina.
- ¿Que pasó con el jefe, he? - llegó Anais con una carcajada. - Todas andan locas por ser la primera dama de la empresa y de quién menos lo esperé...
- No sigas. - la detuve. - Y por favor, no quiero que nadie se enteré de lo que viste allá afuera.
Mi trabajo era bastante tranquilo porqué no tenía enemigos, y así quería mantenerme.
Anaís solo asintió y con la promesa que pronto le contaría todo , salió.
La puerta se atoró y se quedó abierta, dándome una vista perfecta de la sala de juntas, dónde se encontraba Adrien, mi jefe, hablando con facilidad con unos sujetos.
Deberia tener cuidado, Adrien era todo un cazador y yo fácilmente podía caer.
Y ahora lo que menos necesitaba era una aventura.Me levanté a cerrar la puerta y por un segundo nuestras miradas coincidieron.
Acto seguido me guiño el ojo y siguió con sus cosas.¡Madre mía! Tal vez estaba viendo a mi perdición en carne y hueso ahora mismo.
Gracias por leer ❤️
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Cuándo te vuelva a ver.
Romance¿Cuánto tiempo estarías dispuesto a esperar por el amor? 🤍 Acompáñame en esta historia. y vive conmigo la vida de Violetta. Desafortunada en la vida .... y en el amor. Violetta vivía el día más caótico de los últimos meses, pero ... paradójicamente...