Dos chicas, una en una familia extremadamente religiosa y católica además de homofóbica, otra chica de una familia disfuncional y algo caótica, donde su único apoyo es su libreta de composición y su guitarra.
-Minnie, en serio me gustas... me gustas...
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El viento pegando en mi rostro tan satisfactoriamente, los lindos y delicados brazos de Jimin en mi cintura agarrandose con firmeza, su mejilla pegada a mi espalda al igual que parte de su pecho, regresando a su casa casi a las cinco de la mañana, al parecer el pequeño ratito que estaríamos se extendió un poco, pero no dio ninguna queja, así que no tengo nada por lo que preocuparme... bueno, en realidad si, si normalmente no puedo levantarme a la hora que se debe para ir a la prepa ¿Podré hoy que no e dormido nada y tendría que despertar dentro de dos horas? Obviamente no, así que tendré que quedarme despierta lo que queda de madrugada, dejé mis pensamientos de lado al darme cuenta que ya estaba llegando a casa de Jim, así que detuve la moto unas dos cuadras antes, y como había sido anteriormente, primero bajé yo de la motocicleta, para ayudarla a ella a hacerlo, y quite el casco que llevaba puesto junto al mío, mordí mi labio inferior aguantando soltar una risa al ver sus cabellos rizos algo alborotados, más sus mejillas rojas por el frío.
—Parece que en cualquier momento vas a congelarte con esas mejillas tan rojas— intentó disimular su vergüenza riendo nerviosa, a la vez que trataba de arreglar sus cabellos por si misma.
—A ver, déjame ayudarte— me acerqué más a su cuerpo, viendo como su rostro da justo a mi pecho, ignore eso para ayudar a peinar un poco sus cabellos tan suaves y sedosos, ella miró hacia arriba, provocando que hagamos contacto visual, su tímida sonrisa haciendo contraste con sus mejillas rojas y nariz, sus ojitos verdes brillantes viéndome fijamente, acepto que eso me puso algo nerviosa e incluso diría que me sentí algo intimidada, suspire suave al darme cuenta que estaba reteniendo mi respiración, mi corazón latía demasiado deprisa con nerviosismo al verla acercarse y una de sus manitas fue a mi cabello, apartando una pequeña flor de cerezo.
—Tenías esta flor en tu cabello, se te veía muy linda, pero dudo que la querías tener allí— y ahí es cuando escuche esa linda risa que me contagio, pero dejo de hacerlo al darse cuenta de la cercanía que ambas teníamos, reaccionando de forma instantánea alejándose haciendo que ambas tuviésemos nuestro espacio personal, hice una pequeña mueca tratando de ignorar eso, y quité mi chaqueta poniéndosela por encima de sus hombros para abrigarla un poco, cosa que debería haber hecho mucho antes, pero como idiota que soy me distraje.
—Hace frío fresita, y dudo mucho que quieras enfermar... vayamos a tu casa— ella de inmediato asintió con su cabeza, y ambas empezamos a caminar una al lado de la otra en completo silencio, algo incómodo por mi parte por la situación anterior, no debería de sentirme así, después de todo sabía perfectamente que ella era de una familia religiosa, pero también se que ella debe sentir al menos un poco de atracción hacia mi, de eso no tengo dudas.
—Ya llegamos Gukie— avisó haciendo que levantara mis ojos hacia el frente viendo su casa, fuimos hasta la parte de atrás viendo el balcón de su habitación, ella se giró hacia mi quitando mi chaqueta y entregandomela con una linda sonrisa— gracias por todo lo de hoy Gukie, realmente estoy muy agradecida contigo por haberme llevado aunque fuese a escondidas, nunca me la había pasado tan bien como hoy, en serio gracias y solo... espero que se vuelva a repetir.
Sus dulces palabras me hicieron sonreír como estúpida además de hacer mi corazón ir a mil por segundo, yo sin poder evitarlo, acerque mi rostro hacia el de ella, depositando un rápido beso en su mejilla derecha— gracias a ti por cometer esta locura por pasar un rato conmigo y con los demás... y también espero que se repita, fresita.
Ella sonrió avergonzada por ese beso en su mejilla y complacida con mi respuesta, la ayude a subir a su balcón, y allí fue cuando la vi sacudir su manita hacia mi despidiéndose, seguido de un tierno susurro— buenas noches Gukie, cuando llegues a casa avísame al menos con un mensaje— yo solamente le asentí y la vi entrar a su habitación, y yo fui dirección a mi moto con una inmensa sonrisa en mis labios, dispuesta a regresar a casa, más feliz que nunca...
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Por alguna razón me tire en mi cama tapando mi rostro con una de mis almohadas totalmente avergonzada y sonrojada, además de emocionada por ese simple beso en mi mejilla ¿Por qué nunca me había pasado eso con mi antigua pareja? ¿Por qué ni siquiera podía darle un simple pico y con Jeonguk me muero de ganas? Ese pensamiento de inmediato me hizo pasar por todas las tonalidades de rojo y así recordar el pequeño acercamiento que tuvimos, la tenía justo frente a mi rostro y yo por estar distraída con aquella flor de su cabello no me había dado cuenta ¿Tan tonta tengo que ser?
—Tonta Jimin, tonta, tonta...— me susurre a mi misma como regaño, eso había sido una total imprudencia, eso no es correcto, no es correcto pensar en querer besar a una chica, no es correcto que pensara tanto en una chica...eso es pecado, si mi padre se entera me mataría, o peor, me pondría en un colegio para monjas.
—Nonono, no pienses en eso Jim, no pienses en esas cosas— murmuré quitándome la ropa y dejándola en el cesto de ropa sucia y me puse mi pijama, me tire en la cama boca abajo durante unos minutos sin sacar ese tema de mi mente ¿Acaso me iba a perturbar esto toda la noche? Levante mi rostro y me estire rápidamente a mi celular al escuchar la notificación de este, sabiendo perfectamente de quien se trataría, y sonreí al saber que estaba en lo correcto.
Gukie✨
Hola fresita, ya llegue a casa Vivita y coleando jasjqja
Fresita🍓 No hace gracia Gukie TT
Gukie✨
Perdóname perdóname, mala mía
Fresita🍓 Bueno te perdono, pero ya deberíamos ir a dormir, mañana hay colegio, buenas noches Gukie, descansa bien💕
Gukie✨
Tienes razón, hasta mañana fresita, tu también descansa💕
Sonreí como tonta dejando el celular a un lado de mi rostro viendo esos pocos mensajes que realmente no decían nada del otro mundo, pero aun así hicieron que me olvidara de ese tema, hasta ahora que lo acabo de recordar, y llegue a una sola conclusión y es que solo me sentía confundida, hice un puchero cubriéndome con mi manta hasta la cabeza y cerré mis ojos para así tratar de dormir, lo cual logré en pocos minutos, pero pensando en esa chica de cabello negro que últimamente invadía mis pensamientos y sueños, pero solo era eso, una confusión.
