Dos chicas caminaban una al lado de la otra en un silencio sepulcral en camino a casa de una de ellas, que era hacia casa de la pelirroja, ambas estaban pensando, pero eran pensamientos que por obvias razones llevaba el mismo nombre: Yoongi.
Y eran ellas las únicas que estaban pensando en la chica, por supuesto que no, incluso otros estaban más ansiosos y preocupados, pero todavía no había pasado ni un día así que no deberían de ponerse paranoicos, pero no los juzguen, después de lo que pasaron con la misma Yoongi y el mismo hombre pues es lógico la actitud de los amigos a pesar de que Jimin no estuvo en esa situación, aún así se sentía preocupada.
Ambas se dieron cuenta que llegaron a casa de la pelirroja cuando vieron el tan conocido ya camino de piedras que llevaba a la puerta de casa de la ya mencionada, ambas llegaron hasta la puerta y se quedaron mirando por unos segundos, la más alta se acercó a la bajita rodeando sus brazos en la estrecha cintura, acto seguido unos brazos ajenos habían rodeado su cuello y no había nada que decirse, ambas sin estar conscientes de donde estaban fundieron sus labios en un lento y suave beso, provocando sensaciones ya conocidas en ambas cada vez que se tocaban, besaban, miraban, en fin, cualquier cosa que tuviese que ver con ellas.
La pelirroja de forma inconsciente se paró de puntitas y empujó el cuello de la pelinegra hacia ella y profundizar el beso de alguna forma, tratando de tener cerca a la chica lo más que se pudiese, se alejaron un segundo del beso para verse a los ojos y volver a acoplar sus labios de forma perfecta entre sí, pero en un beso más hambriento y más fuerte que el anterior, las manos de la más alta agarraron las caderas de la bajita y esta agarraba las mejillas de la contraria, dejando suaves y dulces caricias allí, mientras el beso se estaba volviendo todo lo contrario a ello.
—Jim, creo que es mejor parar aquí, si nos ven será todo una mierda— JeonGuk murmuró sobre los labios regordetes y ahora más rosados e hinchados con su voz algo agitada por la falta de oxígeno en sus pulmones, la chica jadeó desconforme y negó su cabeza con ahora un pronunciado puchero en sus labios.
—N-no Gukie, entremos, ni mamá ni papá están en casa, estaremos sola sin riesgo a que nos vean— la pelirroja dijo con una enorme sonrisa de ilusión, podría pasar tiempo con la chica sin problemas, pero por la mente de la pelinegra pasó algo totalmente distinto e inapropiado, pero solo sonrió y asintió con su cabeza ignorando a su mente traicionera, pero era común pensar algo así después de tremendos besos que se dieron.
—Bien fresita, vamos— ambas chicas entraron a la casa y directamente fueron a la cocina guiadas por Jimin, porque le había entrado hambre y quería comer algo.
—Voy a tomar helado ¿Quieres algo Gukie?— preguntó ya con el pote de helado de fresa bombón y una cucharilla en su mano.
—Mejor tomo de tu helado ¿Me darás?— la pelirroja entrecerró sus ojos de forma tierna abrazando el pote contra su pecho.
—Mmm, no lo sé, me lo voy a pensar— eso provoco una risa en la pelinegra viendo como la chica se iba dando pequeños saltos hacia las pocas escaleras y subirlas hacia su habitación, detrás de ella fue la pelinegra quedándose parada en el marco de la puerta observando a la bajita encender la televisión que tenía allí y dejaba su helado en su mesita de noche— iré a cambiarme Gukie, tu escoge algo para verlo mientras.
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this is correct? - KookMin
FanfictionDos chicas, una en una familia extremadamente religiosa y católica además de homofóbica, otra chica de una familia disfuncional y algo caótica, donde su único apoyo es su libreta de composición y su guitarra. -Minnie, en serio me gustas... me gustas...