Dos chicas, una en una familia extremadamente religiosa y católica además de homofóbica, otra chica de una familia disfuncional y algo caótica, donde su único apoyo es su libreta de composición y su guitarra.
-Minnie, en serio me gustas... me gustas...
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Mi cuerpo se removía con incomodidad en la cama, escuchando la maldita y molesta alarma sonar como si no hubiese un mañana, refunfuñando me levante para agarrar el celular y apagar la molesta alarma, estire mi cuerpo con cansancio como si no hubiese dormido nada, bueno, en realidad estoy más que segura que no dormí mucho por lo menos fueron unas tres horas ¿En cual momento de mi vida empecé a hacer estas cosas? Ah, claro, cuando conocí a Jeonguk... q-que paso a noche?
—E-espera... oh dios, que vergüenza, y que dolor de cabeza ¿Qué tenía ese batido ayer? N-no recuerdo casi nada— murmuré para mi misma, pero los recuerdos del bar vinieron a mi cabeza como si hubiese sido un flashback ¿Yo de verdad dije esas cosas? ¿De verdad le propuse venir a mi casa a...?
—Nonono, que vergüenza... ¿Qué me pasó?— me levante histérica de mi cama, yendo rápidamente hacia el baño viéndome al espejo, tenía tremendas ojeras, pero eso era lo de menos, tenía una pequeña marca rosada en el cuello cerca de mi clavícula ¿En que momento pasó esto? Realmente no lo sé, pero la pregunta más importante ¿Ayer pasó algo más que solo besos? No recuerdo nada después de montarme en la moto de Jeonguk.
Trate de no pensar más en eso y fui a ducharme lo más rápido que pude, por primera vez en mi vida iba a llegar tarde a la prepa si no terminaba rápido, me salí de la ducha lo más rápido que pude y fui directamente hacia mi clóset viendo mi ropa, otro dilema de cualquier día común ¿Qué me pongo?
—Ponte cualquier cosa ¿Bien? Solo ponte cualquier cosa— me hable a mi misma agarrando una falda blanca con líneas color café de pliegues, una camisa blanca ajustada a mi cuerpo fuera de la falda, unos zapatos blancos al igual que los calcetines, mi cabello solamente lo acomode un poco y me puse una cinta color café, después de todo el cabello rizado siempre se ve despeinado aunque haya pasado horas peinándolo.
—Jimin cielo, Jeonguk está abajo esperándote— ¿Había escuchado bien? ¿Esto era real?
—Está bien mamá, ya bajo— trate de que mi voz no sonara nerviosa y me maquillé para ocultar mis ojeras, puse el típico gloss en mis labios y me miré una última vez al espejo cerciorándome de que todo estuviera bien y agarre mi mochila para ir hacia el salón, y allí la vi, creo que casi me desmayo, como ayer tenía una media coleta en su cabello, una camisa blanca remangada por encima de sus codos, un pantalón negro ajustado que le quedaba como un guante y sus típicas botas.
—Buenos días Jim ¿Lista?
—S-si... adiós mamá, adiós papá— me despedí de ambos y caminé hacia ella para salir de mi hogar, había una fuerte tensión en ambas y eso se podía notar a kilómetros, caminabas tranquilamente hasta llegar a su moto, y ahí fue cuando me miró algo pensativa, tenía te tomar valor y hablar por mi misma y preguntarle que fue lo que pasó ayer.
—Guk ¿Que pasó ayer en mi casa? No me acuerdo de nada después de que salimos del bar— hablé rápido sintiendo calor en mis mejillas, y pude ver como sus mejillas también estaban algo sonrojadas, me dio tanta ternura verla así.
