Capítulo 14: Jefe.

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-Si, claro. Porsupuesto. ¿Hoy estaría bien a las 11:00p.m? Genial. Entonces hasta al rato, adiós.

Colgó el teléfono y suspiró tranquilo, al fin la presión de que tuviera una reunión aquella mujer con su jefe había terminado, ahora solo quedaba preparar el lugar y decirle al patrón que ya tenía la reunión tal y como pidió.

Miró a su compañero con una sonrisa.

-¡Ey, "Lock"!-El moreno con rastas volteó al ser llamado. -La señorita que dejaste pasar el otro día va a volver.

Se podía ver la ligera confusión en el rostro del mayor, frunció el entrecejo.

-¿Pudieras ser más especifico? Dejó pasar muchas señoritas.

-Ah, perdón.- Rió apenado.

-La que te conté que hizo el espectáculo. La que no tenía cuenta aquí. La de la mochila.- Empezó explicar y la describió más.

Pronto pareció saber a quien se refería y puso los ojos en blanco, cruzándose de brazos.

-Ah, ya. "La perdida".- Dijo como si nada.

-Eh...¿Si? Bueno, suponiendo que hablamos de la misma persona, si.

-Necesito que le dejes pasar de nuevo, por favor.

Apretó los labios ante la orden, recordando como le llamaron la atención cuando la dejó pasar y lo que sucedió en el lugar.

- ¿El jefe lo sabe?- Pregunto severo, de no tener confirmación no la volvería a dejar pasar.

El pelinegro sintió como su tono y sus ojos se clavaban en él, no se esperaba tal reacción.

-S-Si. Tranquilo, todo está aprobado por el jefe. De hecho él pidió que viniera.

Habló con nerviosismo por el actuar de su compañero.

Al oírlo frunció más el entrecejo y apretó la mandíbula como si contuviera sus palabras, quedándose procesando algunos pensamientos.

-Bien, la dejaré pasar.- Afirmó de forma formal.

-Por Dios, Lock... Que seco eres.- Suspiró como si su compañero no tuviera remedio alguno.

Estar parada en la esquina de aquel callejón no le traían los mejores recuerdos a la joven, las luces del fondo alcanzando sus pies y algunos ruidos de personas resonaban por su interior.

<<Solo es entrar y salir. Solo es entrar y salir. Simple,¿no?>> Se repetía en sus adentros para bajar su nerviosismo para finalmente avanzar al callejón.

No era diferente el ambiente que la última vez que estuvo, gente gritando, haciendo bullicio, algunos intentando sobornar para poder entrar, aquel letrero brillante sobre la puerta y finalmente el portero de la puerta.

Empezó a abrirse caminó entre la gente como pudo para avanzar, al contrario que la última vez que literalmente la habían aventado al frente. Pronto llegó cerca de la puerta y después de unos segundos hizo contacto visual con el portero quien inmediatamente arrugó la nariz al verla, vaya, no era la reacción que esperaba, se tenso, aquel hombre sin dejar de mirarla a los ojos le hizo una seña para que se acercara, cosa que obedeció algo nerviosa.

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