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*ALERTA DE SPOILERS* : si deseas puedes saltar este capítulo.

Severus caminaba tan deprisa como podía desde las mazmorras hacía el castillo, el dolor en su brazo se hacía cada vez más intenso y por primera vez después de muchos años su cuerpo se inundó con desesperación.

Pasaban las Doce de la noche y Verónica no debía estar fuera de su habitación. Pero con lo poco que Severus conocía a esa niñita sabía que con ella nada se sabe.

Fue a paso rápido que pudo escuchar un peculiar sonido proveniente de un pasillo mientras caminaba por el quinto piso.
La única habitación que siempre se mantiene abierta es el baño de los prefectos.

Severus sacó su varita de su manga antes de colocar la mano en la manija de la puerta, pero al girar esta no abrió, estaba atorada.

Conjuró un encantamiento para que la puerta se abriera y entró a paso lento, dirigiéndose hacía lo que ahora el sabía era sonidos de llanto. No quería admitirlo, pero comenzaba a sentir miedo.

En cuanto vio una fina espalda desnuda junto a las bañeras de porcelana su brazo dejó de doler. Verónica estaba en el suelo abrazando su propio cuerpo mientras lloraba.

—¿Señorita Whitehorn? —Habló el pelinegro para anunciar su presencia.

Se aproximó a ella y cerró los ojos mientras se ponía de rodillas a su lado, se quitó la capa negra que lo cubría del frío de la noche y con un poco de torpeza, por la falta de visión, envolvió a la chica con ella.

Pero sus ojos se abrieron con sorpresa cuando Verónica envolvió sus brazos al rededor de su cuerpo, aferrándose a él.
La mente de Severus estaba en blanco y al mismo tiempo miles de cosas pasaban por su cabeza, no entendía lo que pasaba y tampoco era capaz de pronunciar palabra alguna.

Fue hasta que el cabello mojado de Verónica mojó el pecho de su profesor y él pudo sentir el frío que la envolvía que Severus recobró la compostura.

Entonces el abrazo a Verónica, apoyo su mentón en la cabeza de la joven y suspiró aliviado, su mente le decía que no lo haga, pero permitió que su corazón tomara el mando en ese momento y acarició el cabello negro de la chica hasta que sus lágrimas fueron cesando.

¿Quien se pudo atrever a hacerle algo a ella?

—¿Estas herida, Verónica?—Preguntó cuando ella dejó de llorar y se separó un poco apenada del abrazo, miró a Severus a los ojos. Sus cristalinos ojos azules totalmente enrojecidos e hinchados —, déjame llevarte a la enfermería.

La joven negó con la cabeza de inmediato, sacando una de sus manos para limpiar sus lágrimas. Cubrió bien su cuerpo con la capa de Severus y habló con un hilo de voz.

—Me gustaría ir a mi dormitorio.

El suelo estaba frío como el hielo y los pasillos ni decir, ella no podía caminar todos esos escalones hasta ahí, así que Severus pensó en algo más óptimo a la situación.

Tomo en sus brazos a Verónica y se levantó del suelo con ella cargando. Ella se sorprendió, pero no dijo nada. En un momento como ese el era la última persona de la que ella esperaría un gesto amable, pero tal vez no conocía bien a su profesor.

Severus avanzó un par de metros hasta que detrás de un muro bajo unas escaleras ocultas.

—Se supone que usted no debe saber de este camino, Señorita Whitehorn, le agradecería que no dijera nada.

Le dijo en voz baja mientras bajaba por el camino bastante descuidado, pero en pocos minutos estuvieron en el último piso del castillo. Severus susurró la contraseña a la puerta y entró a la sala común de Slytherin, todo se hallaba en total silencio y oscuridad.

Con lo último del fuego en la chimenea camino hacia las habitaciones de las mujeres y busco el apellido de Verónica en la puerta, los Slytherin tenían habitaciones individuales así que no le importo dejar a la chica recostada en su cama.

—Gracias, Profesor...

Dijo ella apenada, volviendo a limpiar sus mejillas rojas y envolviéndose con la capa del mayor, la cual miró un segundo y estuvo apunto de decir algo referente a devolvérsela, pero Severus no la dejó hablar.

—La espero antes del almuerzo en mi oficina. Si me necesita estaré en la sala común.

Dio la vuelta y salió de la habitación.
Se quedó un momento parado fuera y repaso todo lo sucedido en su cabeza, mañana hablaría con ella y sabría exactamente qué fue lo que paso.
A partir de ahora no podía permitirse más descuidos.

Without you - Severus Snape. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora