06. Siempre tarde

223 20 5
                                    

06. Siempre tarde


Ayer estuve todo el día ignorando a Jaime. Bueno, a todo el mundo en realidad, pasé casi todo el día encerrada en mi habitación intentando ser productiva. Aproveché que por la mañana mi padre y Lorena trabajaban para grabar algunos covers, esto me llevó mucho más tiempo del que debería porque ayer estaba en plan autoexigente tóxico y ninguno me parecía lo suficientemente bueno.

Intento ser constante con el contenido en redes porque ahora mismo es lo que me genera ingresos y me da alcance para poder hacer otras cosas, pero a veces me cuesta. Escribir y cantar era algo privado que hacía únicamente para disfrute personal y ahora eso ha cambiado. No digo que sea malo porque parece que a la gente le gusta y está trayendo cosas muy bonitas a mi vida, pero a veces me agobio porque ahora hay gente esperando a que suba algo y me siento presionada porque a veces simlemente no fluye.

He subido algunas canciones propias a YouTube, nada demasiado elaborado, simplemente yo cantando, y aun así un par de ellas se viralizaron gracias a TikTok.

Llevo meses sin subir nada propio, ni siquiera una mísera frase y tengo miedo de que ahora que me empieza a ir bien la gente se olvide de mí y este sueño se vaya a la mierda.

Tal vez papá tenga razón con lo de dejar la universidad. Pueden salir tantas cosas mal con esto...

Miro la hoja en blanco mientras muerdo el tapón del boli que está enganchado a la parte posterior de este. Tengo cientos de frases escritas que suenan muy bien, pero no logro darles sentido en conjunto. Ni siquiera tengo claro cuál va a ser el tema de la canción porque todo lo que he escrito hasta ahora ha sido sobre desamor, y no puedo escribir sobre eso si mi "musa" está a unos metros de mi casa.

Seguramente Ilay lo escuche y piense que no le he superado. Lo he superado, pero es que es tan fácil escribir sobre eso...

Tenía una canción; estaba ultimando detalles cuando el dichoso vecino volvió y la hoja acabó siendo basura.

El estruendoso sonido de un motor me sobresalta y el bolígrafo acaba en el suelo.

Lo que me faltaba: La puta motito de los cojones.

Me estiro sin levantar el culo se la silla para coger el boli y al incorporarme me doy con la esquina del escritorio en la cabeza.

La poca paciencia que me quedaba se va a la mierda y termino por arrojar el boli por ahí y salir de la habitación. Por lo alterada que me deja el idiota del vecino se me va la mano y cierro de un portazo.

Me encamino a la cocina para buscar algo que comer y así entretenerme un rato, pero para mi mala suerte papá está sentado con el móvil mientras se toma un café y me ve antes de que yo pueda dar media vuelta.

Me propongo coger lo que sea y salir antes de que me dé la chapa con lo de la uni porque no estoy de humor y no quiero acabar discutiendo, pero ni siquiera llego a la nevera antes de que él abra la boca.

—¿Te has propuesto arrancar la puerta?

—Ha sido sin querer —farfullo. Mi padre levanta la mirada del móvil y me observa con una ceja alzada. Ya se le ha pasado el enfado por lo de la universidad; supongo que es porque cree que no la voy a dejar y eso le tiene tranquilo, aunque sé que es inevitable que volvamos a discutir por el tema en cuanto le dé por sacarlo. Lo tengo claro, voy a dejar la universidad y si es necesario me voy a vivir debajo de un puente porque no pienso dejarle mangonear mi vida solo por darme un techo.

—¿Todo bien? —Si lo pregunta es porque claramente ha llegado a la conclusión de que algo va mal. Asiento y me dirijo a la nevera, tras un rápido vistazo saco un cuenco con uvas verdes. La atención de mi padre vuelve a centrarse en el móvil, su voz me sorprende—. Me he enterado de que Ilay ha vuelto —comenta como quien no quiere la cosa y yo respondo con un sonido gutural sin querer hacer de su comentario un tema de conversación, pero al final no me queda más remedio—. ¿Le has visto?

Melodías para ella |Canciones de verano 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora