El pelirrojo de diecisiete años se quedó sin habla. Afortunadamente, en ese momento estaba ocultando su conmoción estudiando su entorno lo más detenidamente posible. Reconocía algunos rasgos de su antiguo piso, como la maceta que había en un rincón y que poco a poco iba recuperando la salud. Pero otros puntos de su memoria estaban borrosos. No era de extrañar, teniendo en cuenta que se había mudado de aquel lugar poco después de regresar a Konoha tras su viaje de entrenamiento con Jiraiya.
"Oye", gritó el rubio bajito que tenía detrás mientras cerraba la puerta, "¿sabes realmente quién es mi madre?".
El chico mayor estudió al más joven. Uzumaki Naruto miraba a Kaeru con una esperanza apenas disimulada. Kaeru se recordaba a sí mismo así: preguntándose dónde estaban sus padres, sobre todo cuando todos los demás padres venían a la Academia a recoger a sus hijos. Miró unos ojos azules que coincidían exactamente con los suyos, y por primera vez desde la muerte de Kakashi se sintió agradecido por el cambio de aspecto.
"Uzumaki Kushina", respondió Kaeru. Más le valía seguir con la mentira que ya había propagado. No creía que le costara mucho adaptarla a su situación actual. "Era mi prima. Murió... en el ataque del Kyuubi".
Otra razón más para odiar al maldito zorro. Como si necesitara alguna más.
"Oh." Naruto bajó la mirada, guardando silencio sólo un instante antes de que sus ojos se volvieran de nuevo hacia su recién descubierta pariente. "¿Y mi padre? ¿Tú también le conocías?"
Esta vez no hubo ningún intento de ocultar nada; el chico estaba desesperadamente esperanzado. Fue esa mirada la que decidió la respuesta de Kaeru más que ninguna otra cosa.
"No". No podía decirlo. Sólo había conocido la verdad de su filiación después de crecer sabiendo que el Yondaime era un gran Hokage, probablemente el más grande que había existido. No sabía si estaría de acuerdo con ello si no hubiera aprendido ya el tipo de sacrificio que tenía que hacer un Hokage. Y no era algo que creyera poder explicar. No hasta que lo hubiera visto de primera mano.
Por no hablar de las circunstancias atenuantes sobre los bijuu, Akatsuki y Uchiha que nadie en Konoha debía conocer, y mucho menos él.
Pero si la mirada tensa del rubio bajito servía de indicio, Kaeru no se libraría sin dar algún tipo de explicación. Era hora de volver a mentir descaradamente.
"Kushina dejó Remolino para venir a Konoha". El pelirrojo deslizó la pequeña mochila de un hombro mientras se apartaba del joven. "Nunca volví a saber de ella".
Era sorprendentemente fácil adoptar el aire de un descontento que no quería hablar de su familia. Debió de ser todo aquel tiempo con Sasuke.
"Entonces, ¿dónde estabas?", preguntó Naruto. "¿Viviendo bajo una roca? ¿Por qué no has venido antes?". Tenía el ceño fruncido por el enfado, pero sus ojos azules como el cielo lanzaban una triste acusación a Kaeru. ¿Por qué no acudiste a mí antes?
La pelirroja respiró hondo. Tal vez debería haber practicado sus habilidades para mentir antes de salir por su cuenta. Sus ojos siempre habían sido demasiado expresivos para mentir de forma convincente.
"No lo sabía", replicó Kaeru. "No sabía dónde estaba ni qué hacía. No sabía que existías".
Sus ojos se apartaron de su acusador. Siempre lo hacían cuando mentía. Jiraiya le había dicho una vez que Konoha estaría perdida si el jinchuuriki rubio era capturado alguna vez por el enemigo, ya que Uzumaki Naruto no sabía decir una mentira para salvar su vida. Sin embargo, era muy bueno guardando secretos. El pequeño genin rubio también apartó la mirada, al parecer interpretando la culpabilidad de Kaeru por mentir como otra cosa.
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Naruto - Condenados a repetir ✔️
RandomUn año después de la muerte de Jiraiya, Naruto ya no es el ninja que era. Ante la oportunidad de cambiar todo lo que ha ido mal, ¿podrá Naruto superar la fuerza de sus enemigos, las sospechas de sus amigos y, sobre todo, sus propias debilidades? Fia...