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❝No saben mentir, sus acciones los delatan❞
Kyoko observó cómo la sonrisa de Makoto se ensanchaba cuando el nombre de Ishimaru era pronunciado. Era una expresión de genuina alegría, que delataba la profunda conexión que existía entre ellos.
Kyoko notó la forma en que los ojos de Makoto se iluminaban cada vez que sus miradas se encontraban, como si Ishimaru fuera el centro de su mundo en esos momentos. Y la manera en que Ishimaru parecía responder a esa energía, casi como si se sincronizaran.
A pesar de que ninguno de los dos parecía dispuesto a dar un paso más allá de la amistad, Kirigiri percibía una atracción palpable entre ellos. Era evidente que había algo especial brotando, algo que iba más allá de la camaradería.
Kyoko se preguntó si alguno de los dos se atrevería a explorar esos sentimientos ocultos o si, por el contrario, seguirían manteniéndolos a raya, temerosos de arriesgar su valiosa amistad. Fuera como fuese, ella decidió observar en silencio, esperando el momento oportuno para ofrecer su apoyo, si así lo necesitaran.
—Interesante —sonrió ligeramente la detective.
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