Chloe tenía seis años cuando se cayó en una madriguera de conejo abierta.
Estaba viejo y olvidado, cubierto por la hierba y las zarzas ralas. Era un accidente que estaba a punto de ocurrir, y Chloe fue la desafortunada que se topó con él. Chilló mientras caía, dando tumbos en el estrecho túnel, chocando con raíces y rocas en su camino hacia abajo. Afortunadamente, el agujero no llevaba a ninguna parte; era solo una madriguera de conejo normal que se había vuelto traicionera con el tiempo.
Mirando hacia atrás, Chloe deseó más que nada que hubiera sido un portal al País de las Maravillas.
Chocó con fuerza contra el fondo , y su aterrizaje se suavizó solo por una capa poco profunda de agua estancada. Su cabeza se golpeó contra el suelo, lo que hizo que todo se volviera borroso. No había mucho que pudiera recordar sobre su tiempo en ese agujero; podrían haber sido minutos o días los que estuvo atrapada allí. Pero lo que Chloe podía recordar era una figura extraña. Una figura que salió de la oscuridad como una sombra y se sentó a su lado. La chica, que sin duda era una mujer, habló suavemente en una lengua que Chloe no entendía. Su susurro tiró del fondo de su mente, aliviando su dolor y su miedo a la oscuridad. Una mano fría tocó delicadamente su sien, una que supuraba sangre de un corte de tamaño decente.
Fue una especie de alucinación, una visión causada por una herida en la cabeza. Eso fue lo que dijeron los médicos, al menos. Pero la figura de ojos negros oscuros y cabello rojo vibrante parecía tan real, la mitad superior de su joven rostro estaba destrozada y retorcida en cicatrices. Chloe sintió que debería haber tenido miedo de ese rostro, que se cernía sobre ella como un demonio. Pero fue un consuelo, hablando en su extraño idioma y acariciando su cabello hasta que llegó el rescate.
Chad había estado con ella el día que cayó, lo que significa que había corrido hasta el palacio para pedir ayuda. Chloe fue sacada del agujero con cuerdas y puesta en brazos de su madre, que lloró de pánico. La niña que había estado con ella en el pozo no fue sacada; todavía estaba allí, solo era un producto de su imaginación. Su madre dio una orden real en ese mismo momento:
"¡Quiero que se encuentren y bloqueen de inmediato todas las madrigueras de conejos del reino! ¡Esto no volverá a suceder!"
Y así fue. Unos días en cama y algunos puntos de sutura y quedó como nueva, pero la experiencia perduró. No solo para ella, que soñaba con el extraño rostro en la oscuridad de una madriguera de conejo, sino también para su madre y su padre, que se dieron cuenta de lo fácil que era perder a un hijo. Chad, siendo un niño, podía hacer lo que quisiera, pero de repente la trataban como si fuera el par de zapatillas de cristal de su madre.
-Es demasiado peligroso que salgas, querida -dijo la madre con un chasquido de lengua cuando le pidió que regresara al bosque-. Quédate aquí, donde estás a salvo.
Ella también le preguntó a su padre, pero él solo negó con la cabeza. El mando real de la madre había aumentado. Docenas de madrigueras de conejos fueron bloqueadas alrededor del reino, las criaturas fueron sacadas de sus hogares y llevadas a vivir a otro lugar. ¿Y ella? Bueno... de repente no se le permitió hacer nada . No más tiempo en el bosque, no más montar a caballo o luchar con Chad, no más promesas de su padre de conseguirle un sable de práctica. Ella era frágil , demasiado fácil de perder, y no debía hacer nada más que permanecer dentro y aprender las cosas que su madre consideraba "seguras".
A sus casi dieciocho años, Chloe deseaba no haber caído nunca en esa madriguera de conejo. Al dar un golpe a un maniquí de arpillera con su espada improvisada, apenas hizo un rasguño con un borde tan desafilado. Gimiendo de irritación por su ineficacia, Chloe apuñaló la bolsa, solo para hacer una mueca de dolor cuando la punta no logró penetrar el objetivo, lo que le provocó un tirón en el brazo. La hoja cayó de su mano, lo que la hizo maldecir mientras miraba hacia la puerta. Pasos ... Pateando apresuradamente su arma debajo de una mesa, la puerta de la sala de entrenamiento se abrió.
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Pequeños pájaros cantores azules... (en jaulas de plata dorada) [Glasshearts]
FanfictionDesde que cayó en una madriguera de conejo cuando era niña, un misterioso espectro rojo la observa. La acecha en sus sueños y permanece en sus pensamientos, pero siempre está ahí, fuera de su vista. Es producto de su imaginación... o eso cree ella. ...