Shigaraki Tomura x Male Reader
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La aprobación por parte de su madre lo era todo.
Su amistad con cierto pelinegro era su escape de todo el peso que lo obligaron a cargar en sus pequeños y frágiles hombros.
¿Qué pasará si pierde su único...
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10 años después...
—¿Por qué debo hacer esto?
—Porque es una buena familia y te verás bien entre tus amistades cercanas —comentó mientras ajustaba el cuello de la camisa de su hijo.
—No me agrada Kimera-san, madre.
—No importa si te agrada o no, lo importante es su apellido.
—Madre...
—Y quién sabe, ¡tal vez hasta se casen!
—Madre, yo...
—Agh, deja de hablar, debo asegurar tu futuro con esta familia.
—Madre, tengo novia —respondió enojado, pero la mujer no se inmutó y siguió caminando—. Conoces a Yoko-chan; no puedes arreglarme un matrimonio con otra chica —se interpuso en el camino de su madre.
—______, soy tu madre. Y si digo que te vas a casar con la heredera de los Etsuko —lo agarró firmemente por los hombros—, te vas a casar con ella.
—Pero... ¿Qué le digo a Yoko-chan?
—Esa muchacha no tiene futuro; solo te hundirá y te arrastrará a un trabajo poco provechoso.
—Yo la amo...
—No te preocupes, arreglaré eso... como hice con ese niñato.
—¿Se refiere a Tenko-kun? —aquel nombre aún le dolía en el corazón.
—¡Ugh, no lo menciones! —replicó con asco—. Desperdiciaste muchos años en el campamento de conversión y en el psiquiatra por ese mocoso. ¡Podrías haber conseguido diplomas en todo ese tiempo perdido!
—Pero aun así logré aparecer en las noticias, tal y como quería.
—Sí, pero solo dos veces, y si no hubieras estado tratando de arreglar tu "enfermedad", podrías haber aparecido, no sé, ¿diez veces?
—Sí, lo lamento.
—Ahora, ve y habla con ella —ordenó su madre.
El pelirrojo se acercó a la joven heredera para iniciar una conversación, pero como era de esperar, no le agradó en absoluto. La muchacha era pura superficialidad y nada auténtica. No como su linda y dulce Yoko, la chica de cabellos azulinos y ojos magenta que había robado su corazón hace unos años cuando la vio por primera vez al entrar a la secundaria. Tenía una afición por los héroes y era gentil con los animales; su mayor sueño era convertirse en una heroína, pero lamentablemente nació sin un kosei.
Bufó. Todo lo que decía su "futura prometida" según su madre, le parecía basura. No le importaba la moda de temporada, quién de sus amigos se había acostado con más personas, o quién había engañado a quién. Todo lo que salía de su boca era tan... molesto.
Odiaba sentir este temor hacia su propia madre y tener que cumplir todos sus caprichos como si fueran ley. Estaba realmente cansado. Los dieciséis años de su vida se habían centrado en ser el mejor hijo para que ella pudiera presumir ante sus amistades. Había desempeñado el papel del hijo modelo, pero ya estaba harto. Solo quería ser un adolescente normal que pudiera cometer errores, no alguien que, si los cometía, pagaba un precio muy alto.