Capítulo 5: Me resultas familiar.

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Ana se despertó un tanto confundida la mañana siguiente, pensando en lo raro que había sido el sueño de anoche, pero decidió no darle importancia pues había llegado el tan temido día, el día del examen.

Llegó a su clase y se encontró con Manuel, ambos se saludaron con un abrazo, se desearon suerte mutuamente y cada uno fue a su pupitre.

Antes de empezar el examen, Natalia, la amiga de Ana, se le acercó para preguntarle:

- ¿Cómo diablos has hecho que ese te de un abrazo?

- Digamos que fui educada con él. - Respondió Ana preparando sus materiales.

- Que te lo has llevado a la cama básicamente. - Dijo Natalia con sarcasmo.

- Pues no, no lo llevé a la cama. Lo llevé a comprar, ¿sabes qué?

- ¿Qué?

- Me faltaba de métete en tus asuntos y déjame concentrarme para el examen. - Respondió tajante Ana.

Natalia se enfurruñó y regresó a su pupitre. Al cabo de un minuto, el profesor entraba por la puerta.

- Espero que hayan estudiado. - Les dijo. - Suerte con el examen. Tienen una hora.

El examen consistía en preguntas tipo test y seguía la clásica norma de que cada 2 fallos te restaban una pregunta correcta. Sin embargo, conforme empezaba el examen, Ana notó un ligero cosquilleo en su cabeza y de repente veía las respuestas del examen.

Ana estaba nerviosa, sabía que lo sucedido la noche anterior era más que un sueño pero... ¿Podría fiarse?

Tras darle varias vueltas decidió darle un voto de confianza y respondió con aquellas respuestas señaladas en su papel, al finalizar el examen, con algo de miedo, se lo entregó a su profesor.

- Si no hay ningún imprevisto mañana tendré sus notas. - Dijo el profesor cuando todos le entregaron el examen.

- ¿Cómo te ha ido? - Le preguntó Manuel.

- Diría que muy bien. - Dijo Ana. - ¿Y tú?

- Lo mismo.


/* Al día siguiente */


El profesor llegó a la clase con los exámenes corregidos, fue llamando a cada alumno por su nombre y entregándoles sus exámenes.

- Un 9, muy buena. - Dijo Manuel viendo su nota. - ¿Qué tal tú, Ana?

- Un... ¡10! - Dijo emocionada.

- No pretendo que me malentiendas pero... Algunas preguntas que aparecieron en el examen son de las partes que no llegaste a dominar, ¿las has acertado por azar? - Preguntó Manuel.

- No exactamente... Si te lo dijera no me creerías... - Le dijo Ana.

- No sé si prefiero que me cuentes una historia que dices no me voy a creer a quedarme con la duda. - Le dijo Manuel.

- Te lo diré, pero no aquí, es un poco complicado de explicar y no quiero que oídos indebidos estén al loro.

- A saber lo que vas a decir... - Dijo Manuel aceptando la propuesta de Ana.

Cuando acabaron las clases del día, Ana y Manuel se fueron a la casa de este.

- Bueno, a ver cómo lo explico. - Empezó Ana. - El último día antes del examen, tuve un sueño un tanto... "curioso"... El caso es que se me apareció una chica con poderes y me pidió que usara mis pies como tratamiento una vez tuviera mi consulta y, a cambio, me ayudaba con el examen...

Los pies de mi compañera de claseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora