—Si te hace sentir mejor. Golpearte a cualquiera que se atreva siquiera a mirarte. Si lo quieres incluso puedo matarlas.
Ofreció. Dazai sonrio rondando los ojos por la insistencia y un tanto agradecido por la compresión de su compañero. Al final terminó por sacarse el saco dejando expuesto su cuerpo y como el vestido era lo suficientemente ceñido como para resaltar la figura del menor. Chuuya suspiro, sin duda golpeara a más personas de las que pensó.
Dazai ignoro a Chuuya y comenzó a caminar hacia la salida de su habitación debían apurarse. El peli rojo lo miró detenidamente, ¿Dazai sabía usar tacones altos?
—Te van bien los tacones.
Comentó mientras aceleraba el paso para caminar al lado de su compañero. Dazai fruncio el ceño recordando el por que de su habilidad con los tacones, sin duda mataría a Mori apenas deje de ser un peligro para los niños.
—Si. No es tan difícil como parece.
Aclaro. El resto del camino fue silencioso, Dazai un poco incomodo por la expresión de sorpresa de sus agentes al ver al demonio prodigio vestido tan vulgarmente. No le importaba como lo veían, o eso quería obligarse a pensar e incluso si su sonrie temblaba no dijo nada y siguió caminando con la cabeza en alto.
Chuuya en cambio se encargo de golpear a cada agente que lanzará algún tipo de comentario sobre si compañero, lo prometido era cumplido.
—Oh, Dazai, te ves bien.
Comentó el mayor haciendo a Dazai sonreír genuinamente.
—Gracias, Hirotsu-san.
Agradeció, el mayor era quien ahora formaba parte de los lagartos negro, siendo compro de una de sus alumnas, Gin Akutagawa, aquella chica siempre demostró agilidad y habilidad por lo que opto por asignarle otro mentor, siendo así que llegó a ser una gran asesina.
—¿Cómo van las cosas?
Preguntó Chuuya ayudando a Dazai a subirse al auto que Hirotsu conduciría, el joven era consciente de la buena relación que tenían Dazai y el mayor, incluso para él eran lo más similar a un abuelo y su nieto.
—Bien, Gin y Tachihara causan algunos problemas por sus peleas pero no es nada que no se pueda solucionar. ¿Cómo van ustedes due black?
—No tan bien como ustedes, el jefe nos mandó a una misión bastante rara. Supongo que solo quiere molestarnos un poco.
Respondió Chuuya, Dazai asintio de acuerdo con las palabras del mayor, para él era todo muy sospechoso, sabía que Mori no podía deshacerse de él tan evidentemente pues muchos se irían en su contra por asesinar a su sucesor y lo verían incapaz de seguir al mando.
Suspiro agobiado por la falta de información, para él era evidente, Mori estaba tratando de mantenerlo alejado de la port mafia por un tiempo, esto incluye a Chuuya quien apesar de ser un gruñón y poca paciencia le era leal a Dazai como futura mano derecha, además, con sus actitudes recientes Dazai estaba seguro de que Mori había descartado a Chuuya como una amenaza.
—Posiblemente trate de deshacerse de nosotros.
Susurro llamando la atención de sus acompañantes, Chuuya se giro a vero sorprendido, incapaz de creer que su jefe apesar de ser alguien cruel sea capaz de intentar desaparecerse de Dazai, alguien perfectamente apto para el puesto de líder. Hirotsu solo lo miro por el espejo del retrovisor, se veía preocupado por lo dicho por el menor, él más que nadie era consciente de que el menor había comenzado a representar una amenaza no sólo para las mafias enemigas.
Lo sabía, sabía que apesar de Dazai ser sucesor ya anunciado públicamente a los miembros de la port mafia era de cuidado, el menor poseía información vital no sólo de su propia organización.
—Creo que de haberlo querido ya se hubiera deshecho de ti.
Sugirió tratando de dispersar la incomodidad del ambiente, detuvo el auto y se apresuró en entregar un par de cosas. Chuuya recibió una pistola completamente cargada y Dazai recibió una navaja demasiado filosa.
Dazai se despidió con una sonrisa del mayor y empujó a Chuuya a la salida del coche apresuradose él a tomar su posición junto a otras trabajadoras que hacían fila para entrar al club, sonrio triunfante por tener una identificación falsa ya preparada y la navaja ya oculta entre sus prendas.
Chuuya silbo entretenido por la habilidad de Dazai para infiltrarse antes de decidir entrar por la puerta principal del club dispuesto a encontrar al objetivo primero.
❂✿❂
El olor a alcohol logro abrumarlo tras apenas entrar al lugar, era temprano pero ya habían demasiadas personas bebiendo y una que otra pareja que se metían muy poca disimuladamente en los baños del lugar.
Dazai respiro hondo antes de poner una expresión decidida, debía encontrar al objetivo y distraerlo lo suficiente como para que no asista al cierre de un trato en el que la port mafia estaba interesada.
—Se veía como una persona con dinero en la foto, entonces, ¿debería estar en las mesas delanteras o las ocultas?
Se preguntó, al inicio pensó que lo mejor sería llamar su atención pero eligio por primero saber donde estaba y buscar la forma de llamar su atención. Primero se dirigió a las mesas ocultas detrás de unos telones dándose cuenta de que en su mayoría se encontraban vacías o ocupadas por parejas.
—Perdón. Me equivoque.
Se disculpo sonrojado por interrumpir a la pareja y se apresuró a salir corriendo hacia las mesas delanteras en donde finalmente encontró a su objetivo.
Cerca de allí vio a Chuuya y no dudo en acercarse.
—Necesito que me ayudes a subir al escenario.
—¿Qué? Debemos buscar al objetivo no jugar.
Se quejo. Dazai rodó los ojos y lo tomo del brazo.
—Lo he encontrado. Necesito subir al escenario para llamar su atención, ¡oh! También, ¿podrías prestarme tu abrigo?
Preguntó con una sonrisa gatuna, Chuuya suspiro y se quito el abrigo entregándoselo a Dazai quien no dudo en ponérselo y cerrarlo. Para Chuuya fue imposible no notar que para Dazai también el abrigo era demasiado largo, llegando incluso a cubrir completamente su vestido y logrando que parezca que no tenia nada debajo.
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°☆|sᴜᴄᴇsᴏʀ|☆•
Fiksi PenggemarNo, Dazai no eligio ser el sucesor de port mafia, no quiera aquel papel, era apenas un niño cuando aquella responsabilidad cayó sobre sus hombros sin opción de ser rechazada. Su vida estaba arruinada desde que él lo encontró y quizás si reunía la su...