SCREAM / TOM KAULITZ

DIECINUEVE

¡ADVERTENCIA!

El siguiente capítulo ,puede contener actos sumamente sensibles para el lector . Se les recomienda tener cerca pañuelos o algo con que limpiar sus lagrimas .

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Tom Kaulitz

- ¡Tom, qué está pasando! - Bill me miró con preocupación, su voz llena de urgencia, mientras corría hacia mí después de escuchar el alboroto.

- ¡Tom! - me llamó nuevamente, pero no respondí, paralizado por la escena que se desarrollaba ante mis ojos.

Bill me tomó por los hombros y me sacudió con fuerza. - ¡Reacciona, Tom! - me gritó.

- Sam... - murmuré, intentando explicar, pero mi voz se quebró.

- ¿Qué pasa con ella? - preguntó Gustav, acercándose a nosotros con una expresión de confusión y preocupación.

- Se complicó... - logré articular, sintiendo una mezcla de miedo y desesperación.

- ¡TODO ESTO ES TU MALDITA CULPA! - Se abalanzó sobre mi , comenzó a golpearme

- ¡DEJA DE DECIR QUE ES MI PUTA CULPA!

- ES LA MALDITA VERDAD , POR TU CULPA ELLA ESTA ASÍ - Se alejo de mi - si tú nunca hubieras hecho nada

- por qué te interesa tanto

- por qué la quiero como una puta hermana , por qué siempre estuve ahí con ella , por eso

- no te creo

- esa no es mi puta culpa

- ella te gustan no es así

- si escuchas lo que estás diciendo , ¿Verdad?

- pues tus acciones me obligan a pensar eso

- Tom , lo único que hice en todo este tiempo fue cubrirte mientras tú estaba con más chicas , al inicio de su relación o la mierda que tengan

- ¡Cállate! - grité, intentando defenderme de los golpes y las acusaciones de Bill.

- ¡No me callo! - respondió, su rostro rojo de ira. - ¡Tú siempre has sido un egoísta, Tom! ¡Nunca te has importado nadie más que tú mismo!

Me alejé de él, intentando calmarme.

- ¡Eso no es cierto! - grité. - ¡Yo siempre he estado ahí para Sam, para ayudarla, para protegerla!

Bill se rió con amargura.

- ¡Protegerla? ¡Tú? ¡Eres el último que debería protegerla! ¡Tú eres el que la ha estado lastimando todo este tiempo!

¿Cómo podía Bill decirme eso?

- ¡Eso no es cierto! - repetí, intentando convencerlo.

Pero Bill solo me miró con desprecio.

- ¡Tus acciones hablan más que tus palabras, Tom! ¡Y tus acciones dicen que solo te importas tú mismo!

- ¡No entiendes nada! - grité, desesperado. - ¡Sam es diferente, ella es...!

- ¡No, Tom! - me interrumpió Bill. - ¡Tú no entiendes nada! ¡Tú siempre has sido un egoísta, y ahora estás destruyendo a la persona que más te importa!

¿Cómo podía Bill decirme eso? ¿No sabía que yo amaba a Sam?

- ¡No es cierto! - grité, intentando convencerlo. - ¡Yo amo a Sam, la amo más que a nada en este mundo!