¿ En otra vida ?

146 11 1
                                    

ESCUCHAR CON AUDÍFONOS.




































Tom Kaulitz



















Unos años más tarde

Todo a mi alrededor se había tornado en una niebla obscura y densa, impidiendo que pudiera observar algo más allá de unos centímetros. La oscuridad era tan profunda que parecía tener vida propia, envolviéndome en un abrazo sofocante. Pero entonces, un brillo deslumbrante apareció en la distancia, cortando a través de la niebla como un cuchillo caliente a través de la mantequilla. La luz era tan intensa que me obligó a cerrar los ojos, pero pude sentir su calor en mi piel.

Cuando abrí los ojos de nuevo, vi que el brillo provenía de una figura humana que se acercaba hacia mí. La figura estaba envuelta en una especie de aura o humo, que danzaba a su alrededor como una llama. No podía distinguir los rasgos de la persona, pero podía sentir su presencia, como si estuviera irradiando una energía poderosa.

Y entonces, la vi. Sam. Mi corazón se detuvo. Mi alma se estremeció. — Sam — la llamé con emoción, mi voz temblando.

— Tommy — respondió, su voz suave y melodiosa como siempre.

Me acerqué a ella, con temor de que todo esto fuera un sueño y despertara. Pero cuando la sentí y vi que era real, la abracé tan fuerte como pude, no queriendo separarme de ella, no queriendo que este momento pasara.

— Al parecer me has extrañado — dijo, correspondiendo el abrazo y comenzando a dejar leves caricias en mi cabeza.

— Como no tienes una puta idea — respondí, aferrándome aún más a ella, hundiendo mi cabeza en el pequeño hueco de su cuello, inhalando su aroma.

— Te he extrañado cada día de la semana — dije, mi voz quebrada.

— Lo sé — respondió, tomándome el rostro con ambas manos y mirándome fijamente a los ojos.

— No sabes cuánto extrañé tenerte así.

— Tom — me llamó, su voz suave y dulce. — Tengo que...

— No — la interrumpí de inmediato, hablando en un susurro. — No, por favor, no te vayas. No otra vez.

Sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas y el nudo de la garganta comenzaba a formarse. Sam se acercó a mí y dejó un corto beso en mi mejilla.

— Tengo que irme — dijo, dando leves caricias en mi mejilla.

— No por favor, no — le supliqué, mirándola con los ojos llorosos. — No te vayas de mi lado.

— Nunca me voy a ir de tu lado — respondió, sonriendo.

— ¿Lo prometes? — le pregunté, desesperado.

— Lo prometo — respondió, sonriendo dulcemente.

— Extrañaba tu sonrisa, tus ojos, tu pelo, tus besos, tus caricias, tus abrazos, sentirte cerca — ella solo sonrió ampliamente

— Prometo encontrarte en otra vida — me miró fijamente con esos ojos tan lindos.

— En serio — dije, mi voz temblando.

— Sí, Tom, en otra vida — sonrió dulcemente.

— En otra vida, Sam.





















































¿En otra vida Sam y Tom podrán ser felices?

SCREAM / TOM KAULITZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora