Guía de supervivencia del médico del loto negro

Capítulo 40: Enamorarse de un hombre

El Emperador dependía cada vez más de la píldora de la flor Fuxuan, pero sus efectos se volvieron incontrolables: a veces beneficiosos, otras veces perjudiciales.

Los acontecimientos de esa noche se mantuvieron en secreto y todos los presentes guardaron silencio. Sin embargo, en privado, la noticia se extendió como un reguero de pólvora y se convirtió en el tema de conversación de todas las personas.

El Palacio Songxiu era una parada crucial durante la gira del Emperador por el sur. Además de rendir homenaje en el mausoleo y los templos y evaluar la opinión pública, el Emperador también realizó aquí un ritual para honrar al Dios del Río, en busca de un clima favorable para el canal y toda la región de Jiangnan.

Para la gente de esa época, estos rituales tenían un significado inmenso. Todos los miembros de la familia imperial, incluida la consorte Hui y Xie Guanzhi, que antes estaban recluidos, se encontraban junto a Xie Zhaolin en las orillas del río Yin.

El emperador era la figura central de esta ceremonia, los demás eran meros espectadores. Como médico imperial, Wen Qingci se situaba en la parte de atrás, tal como había hecho durante los ritos celestiales anteriores.

Wen Qingci solo había participado en una ceremonia de sacrificio celestial antes y no estaba familiarizado con los detalles de las ceremonias de esta época. Sin embargo, creía que los eventos reales debían ser grandiosos y sagrados.

Sin embargo, el sacrificio del río de hoy parecía extrañamente fuera de lugar.

El terreno junto al río era bajo y plano, y Wen Qingci solo podía ver desde la distancia entre la multitud, a un sacerdote taoísta con una túnica púrpura, agitando una espada frente a él.

Los movimientos no se parecían a los sacrificios reales que siempre ha imaginado, sino más bien a... ¿realizar un ritual?

No fue solo su imaginación, un escalofrío recorrió la columna vertebral de Wen Qingci.

Recordó la historia que Xie Bufeng había compartido sobre los secretos ocultos detrás de este canal.

Tal vez la inquebrantable gira del Emperador hacia el sur, directamente al Palacio Songxiu, fue impulsada por un deseo de reprimir a los espíritus vengativos a través de estos rituales.

En esa época, era realmente posible.

Mientras los tambores sonaban, Wen Qingci cerró los ojos. Agarrando el jade medicinal que colgaba de su muñeca, sintió una frialdad inexplicable a pesar del sol de verano. El canto de las cigarras y el viento parecieron transformarse en gemidos tristes.

Bajo el ancho canal yacían incontables almas inquietas, agobiadas por la injusticia. La ceremonia del río parecía brindar algún consuelo al atribulado corazón del Emperador.

Más tarde, cuando Wen Qingci le tomó el pulso al Emperador, notó que éste había llamado a la Concubina Lan. Jugaron al ajedrez como de costumbre.

Había llegado junio y el aire en el Palacio Songxiu tenía un calor sofocante.

Mientras diagnosticaba los síntomas del Emperador y notaba las reacciones adversas a la Píldora de la Flor Fuxuan, Wen Qingci prestó poca atención a la conversación de ellos dos.

Hasta que la voz de la Concubina Lan inesperadamente se elevó hasta llegar a sus oídos.

— ...El intenso tráfico en el río Yin es crucial para nuestro suministro de cereales. Su previsión al implementar esta política fue notable, Su Majestad — La concubina Lan sonrió, colocando una pieza de ajedrez en el tablero.