Capítulo 53: Arresto domiciliario en el palacio (Parte 1)

8 1 0
                                    

Justo cuando estaba a punto de salir por las puertas de la ciudad, Xie Bufeng abrió lentamente la palma de su mano y miró hacia abajo.

La piel de su palma había sido destrozada por los fragmentos del jade medicinal, hasta el punto en que no se podían distinguir las líneas, solo un sangrado profundo. Al más mínimo movimiento, la sangre comenzaba a brotar de nuevo.

El joven cerró los ojos y tomó una profunda bocanada de aire frío, tratando de calmarse.

Los fragmentos de sus recuerdos de la noche anterior volvieron a inundar su mente.

El brillo translúcido de la luz, los sonidos apagados y sugerentes, el tacto de una piel fría, y una fragancia amarga, entremezclada con caricias y besos... Todo parecía tan real como un sueño, bello hasta el punto de parecer irreal.

Recordando estos detalles, el ritmo cardíaco de Xie Bufeng volvió a alterarse.

El viento frío, mezclado con copos de nieve, lo golpeó de frente, haciendo que los presentes entrecerraran los ojos instintivamente.

Sin embargo, Xie Bufeng parecía completamente ajeno a todo eso.

Usó toda su fuerza para tratar de atrapar esos fragmentos dispersos y rotos de su memoria, intentando traerlos de vuelta. Sin embargo, en medio de su fiebre alta, parecía todo estar oculto tras una densa neblina, borroso e indefinido.

Era imposible distinguir entre la realidad y la ilusión.

¿Habrá sido él?

¿O tal vez era solo su más profundo deseo oculto manifestándose?

Su racionalidad y sus emociones se debatían entre sí en una feroz batalla dentro de él.

Los dedos de Xie Bufeng, que sostenían con fuerza las riendas, temblaban ligeramente de la tensión.

Xie Bufeng apretó los dientes. En cuanto recuperó la conciencia esa mañana, su primer impulso fue sellar la ciudad de Changyuan y mandar a sus soldados a registrar cada casa, dar vuelta a toda la ciudad y encontrar a esa persona.

Incluso había considerado la idea de montar su caballo y recorrer la carretera del sur hasta las profundidades, escarbando hasta lo más profundo de la tierra para encontrar al hombre.

Pero finalmente, no hizo nada.

El informe militar había sido retenido por su oficial al mando, y su herida nunca se había informado más allá del norte.

Wen Qingci no tenía forma de saberlo.

Además, el mismo Wen Qingci, quien lo había enviado al campo de batalla ¿Por qué atravesaría miles de millas para llegar a este lugar?

Y sin embargo, si no era él ¿Por qué había despertado justo hoy?

Miles de pensamientos tironeaban el corazón de Xie Bufeng.

Por un momento, no podía decidir que esperaba y a qué temía.

El joven solo sabía que una vez que el fuego en su corazón se encendía, ya no había forma de apagarlo.

Xie Bufeng dejó escapar una leve risa y presionó la palma de su mano mientras miraba hacia atrás, hacia Changyuan.

Todo lo que veía era un vasto desierto ya sus soldados, con armaduras plateadas, alzando los brazos y vitoreando.

Decidió enterrar esa noche secreta y los recuerdos inciertos en lo más profundo de su ser, obligándose a no volver a tocarlos.

Al final de la calle, alguien lanzó una jarra de vino hacia donde él estaba.

Guía de supervivencia del médico del loto negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora