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Un par de aretes de oro esperaban a ser colocados en sus lugares para completar el precioso atuendo que relucía la pelirroja.
Una última mirada al espejo dejó una sonrisa sin borrar de ese rostro maquillado de manera tan sutil.
El sonido de la campana retumbó por toda la mansión, indicando que alguien se encontraba en la puerta principal, tomó su pequeño bolso y se aproximó para bajar las escaleras antes que su padre la dejara en vergüenza, pero al distinguir la voz de su padre dedujo que ya se encontraba hablando con quien sería su cita. Alarmada bajo las escaleras lo más rápido posible.
⸺¡Papá!
Alphard le pidió al chico que esperara afuera, antes de meterse en problemas con su hija.
⸺Mi pequeña bola de espejos, ¿qué pasa? ⸺Sonrió con inocencia, mirando como bajaba las escaleras.
⸺¿Qué le dijiste? ⸺Se cruzó de brazos.
⸺Nada. ⸺Elevó sus manos inocente.
⸺Papá ⸺exigió.
⸺Solo le deje en claro a qué hora deberías estar en casa y que si llega a pasarse de listo... bueno lo amenace ⸺confesó.
⸺Me sirve la amenaza, ojala me acompañaras y cuando dé una señal, que solo nosotros entendamos, para que me saques de la cita.
⸺No es una mala idea, pero tengo cosas que hacer del trabajo.
Maliah refunfuñó, colocando sus ojos en blanco. Bajo sus brazos y se acercó a su padre, hasta estar frente a él.
⸺¿Algún consejo? ⸺murmuró, haciendo un puchero.
⸺Solo se tú. ⸺Agarro las mejillas de su hija para que elevara bien su rostro ⸺. No tengo otra cosa para decirte.
⸺Trataré de no ser la bola de espejos.
⸺Trata de no serlo.
⸺Antes de salir, ¿cómo me veo?
Alphard se separó de su hija y la analizo de abajo hacia arriba, colocando su mano pensativo.
⸺Vestido coral corto, un cinturón negro, tus aretes y collar de oro, botas negras y largas, y tu chaqueta de cuero negro, maquillaje natural... Estas preciosa. Si el chico no te dice algo sobre tu atuendo, no es por ahí, hija.
⸺Gracias, pa. ⸺Lo abrazo.
Alphard dejó un beso en el cabello pelirrojo, sintiendo la fragancia dulce que emanaba su hija.
