III Imbécil. ¿Lo viste?

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Seonghwa despertó y miró a su alrededor, intentando descifrar donde se encontraba, aunque su confusión no duró mucho al observar a su amigo abrazando su pierna, durmiendo plácidamente y recordar que se encontraban en la casa de este.

No había podido pegar un ojo en toda la noche; no fue hasta que la luz del sol entró por la ventana que pudo al fin dormir. Juraba haber visto la silueta de alguien por el umbral que conectaba el cuarto de los hermanos, y unos ojos que lo observaban fijamente desde ahí.

Se encontró bajo las sábanas; intentó creer que se trataba de su imaginación por lo que le había pasado, pero los pensamientos intrusivos y los pasos alrededor de la cama le decían todo lo contrario.

Se maldijo a sus adentros al darse cuenta de que nuevamente se encontraba observando con detenimiento el rostro de su Hongjoong. Tomó el celular a su lado y decidió tomarle una foto para Wooyoung, aunque jamás le llegaría.

Miró la foto unos segundos y se removió incómodo al sentir que su vejiga le enviaba señales de que en cualquier momento podría orinarse encima. Comenzó a mover su pierna intentando sacarla del agarre de Hongjoong sin despertarlo, pero este se aferró más a ella.

— Mmn... No te muevas, almohada, estúpida —murmuró Hongjoong sin abrir los ojos.

Seonghwa sonrió tiernamente, lo pensó por unos segundos y comenzó a sacar su pierna con un poco más de fuerza. Hongjoong abrió los ojos lentamente y vio a su amigo ya sentado en la cama, observándolo en silencio.

—¿Tengo algo en la cara o qué? —preguntó el más bajo malhumorado sin despegarse aún de la pierna.

—Hong, necesito mi pierna, me estoy meando—. Habló con tranquilidad; Hongjoong lo miró confundido y al darse cuenta soltó rápidamente la pierna. —Lo siento —se disculpó mientras se sentaba en la cama. Seonghwa solo soltó una risita antes de dirigirse al baño.

Hongjoong tomó su celular del escritorio y miró los mensajes. Tenía varios de San y uno de Nari avisando de la comida en la nevera.

Escuchó un golpe en la planta baja, luego el llanto de Chanjong. Hongjoong corrió fuera del cuarto y escaleras abajo sin pensarlo dos veces; el sonido lo guiaba a la sala. Se encontró con un Taehyung atónito. Chanjong estaba detrás de él llorando.

La mesa ratona estaba al revés y había objetos esparcidos por todas partes.

—¿Están bien? —preguntó llamando su atención.

Hongjoong se acercó al no recibir respuesta y tomó al menor de sus hermanos en brazos, quien se lo abrazó y escondió la cara en el cuello de su hermano mayor.

—Taehyung, ¿qué sucedió? —movió el hombro del menor, logrando que lo mirara.

—Estábamos dibujando y luego solo... y luego solo —comenzó a hablar desesperado. Hongjoong solo le acarició la espalda para reconfortarlo.

—Hongjoong-hyungnim, los dibujos se movieron y salieron volando, la mesa salió volando —explicó Chanjong restregándose los ojos.

Hongjoong quedó en silencio; por su mente solo pasaba la idea de que Mingi era el culpable de todo; aunque no quería creerlo, no encontraba otra explicación.

¿Dalmin le había dicho que lo hiciera? ¿Qué tanto influía Dalmin en las acciones de Mingi? ¿Mingi decidió vengarse de él? ¿Por qué ser así de cruel con los niños?

No quería sonar frío con los niños, tampoco ignorar lo que acababa de suceder, así que optó por cambiar de tema y poder hablarlo cuando se sintieran mejor. Ahora solo le faltaba una excusa y como si fuese por arte de magia, su amigo apareció.

Espectro.  ||-Minjoong-||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora