VI Cigarro. Lagrimitas.

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Los tres chicos dormían, mientras tanto Hongjoong una vez más se encontraba sin poder descansar. Se suponía que estaban haciendo una "pijamada", que terminó como él suponía. Sus hermanos dormían y él miraba una película detrás de otra; era de esperarse, pues tenían clases el día siguiente.

—Maldición —se quejó, girándose una vez más sobre la cama, observando a sus hermanos dormir en el suelo. Sonrió al notar que Dalmin dormía plácidamente, logrando el cometido de que no viera a ese tal Yunho.

Miró la pantalla de su celular; faltaban dos horas para que el sol salga y Mingi no aparecía. Vio una sombra pasar por el balcón; observó por unos segundos en esa dirección, con el corazón acelerado, hasta que decidió al fin levantarse con pasos torpes en dirección a este.

Inmediatamente sintió el viento frío pasar por sus extremidades descubiertas y se abrazó a sí mismo; sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al sentir a alguien detrás de él.

Hueles bien...

Oyó en su cuello; su piel se erizó, esa voz grave... Definitivamente no le pertenecía a Mingi. Giró sobre sus pies lo más rápido que se lo permitieron.

¿El problema? No había nadie detrás de él. Se abrazó con más fuerza al sentir nuevamente la brisa. Estaba quieto en su lugar, estático, a decir verdad.

—¿Me buscas?—, nuevamente escuchó detrás de sí.

Esta vez sí logró verlo; al darse la vuelta por segunda vez se encontró con un tipo desconocido. Su estatura era similar a la de Mingi; llevaba un traje negro sin saco. La camisa blanca que llevaba, se arremangaba hasta la mitad del antebrazo. Sin mencionar la terrorífica aura que emanaba, el aroma a ceniza y polvo logró que arruga la nariz.

Lo miró de pies a cabeza; temblaba en su lugar y, a pesar del frío, juró sentir como gotas de sudor caían por su espalda, debido al miedo. Eso no era como Mingi. Podía notar la maldad en él solo con mirarle a los ojos.

— ¿Q-ué qui-quieres? — tartamudeó atemorizado, rogaba por que Mingi llegara.

El semblante de Yunho se tensó. El sonido del viento moviéndose se oía, el silencio incómodo y el aura pesada del chico lograban poner aún más nervioso a Kim.

¿Él permite que le hables así? —preguntó antes de levantar su mano y hacer que un cigarro apareciera en esta. Hongjoong observó por segundos el objeto.

Tenía miedo de contestar erróneamente, pero aunque tuviese una respuesta segura, el miedo no le permitiría hablar. El ente suspiró pesado y encendió el cigarro, tomando la primera calada.

Escucha, enano, si las cosas siguen así de aburridas, me vas a obligar a hacerlo divertido —dijo soltando el humo, volviendo a llevar el cigarro a su boca. Mirando fijamente la ventana de vidrio, sus ojos parecían brillar al ver a los tres chicos dormir dentro de la habitación.

Hongjoong no dejó pasar desapercibida aquella acción y como impulso levantó su brazo, bloqueando la vista a sus hermanos.

—Lo lamento, es que no entiendo a qué se refiere, señor —habló rápidamente con valentía, aunque era obvio que estaba cagado de miedo.

Yunho lo miró incrédulo. El humo salía de su boca y nariz, mientras el cigarro se consumía.

Claro que estoy hablando de Mingi —afirmó. En ese momento estaba pensando si Hongjoong era idiota o si el miedo le estaba jugando en contra.

—Pocas veces, señor. —Contestó la anterior pregunta con temor.

El más alto rió despacio. —Es un verdadero idiota —miró a Hongjoong de pies a cabeza mientras le daba una nueva calada al cigarro y sonrió coqueto. —Yo también podría caer rendido a tus encantos, niño —dijo tomando el mentón del menor. El corazón del mas bajo se removió incomodo al oir aquel apodo.

Espectro.  ||-Minjoong-||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora