Especial: Contratiempos de Yunnie.

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Caminaba por las escaleras del edificio, sabía que no era necesario hacerlo, sin embargo, disfrutaba de las miradas de las personas, algunas de terror y otras coquetas. Había tenido un día pesado, los días que se cruzaba con Mingi siempre lo eran.

Llegó al piso seis no mucho después, miró en dirección a aquella puerta que tenía la pintura vieja y alguna que otra mancha, rápidamente se decidió a atravesar la pared.

Al hacerlo logró verlo al instante, llevaba los anteojos que le había regalado semanas atrás, sabía que estaba estudiando, eso no le sorprendió al ente, pues era lo que hacía la mayor parte del tiempo.

El ruido alto y molesto del deporte en la televisión arruinó el ambiente.

— Traeme un refresco, Jongho — ordenó la mujer desde el sofá.

El chico obedeció, no sin antes dejar sus anteojos a un lado de los libros. Yunho rodó los ojos y gruñó ante la acción sumisa del chico.

— ¿Podrías bajar el volumen de la televisión? Estoy estudiando, Subin — habló casi ordenandolo, la miraba fijamente y su semblante se mantenía neutral, como de costumbre.

La mayor de los dos giró lentamente su cabeza en dirección a Jongho, quien mantenía su mirada igual, pero Yunho lo sentía, Choi tenía miedo.

— Gracias, cariño — gesticuló de manera exagerada, tomó la botella de la mano de su pareja sin apartar su mirada amenazante de él.

El menor bufó y volvió a su sitio anterior, frotó su entrecejo. Yunho observó todo con su cara de pocos amigos, la que siempre cargaba cuando Suin estaba presente.

Podría hacer que se cague encima si me lo permites — ofreció apoyando su peso en una sola pierna, cruzó los brazos cruzados desde su sitio.

"Vete, ya te dije que no quiero que sigas viniendo". Pensó el chico sin levantar la vista de sus libros.

El grito de festejo de Subin contrastaba a la perfección con el sonido de la televisión, indicaba que su equipo había anotado un punto. Yunho rodó los ojos y se acercó al chico.

Amor — musitó acercándose al menor, relajando su expresión. Apoyó la palma de su mano en la mesa y se inclinó frente al chico.

Había notado cómo el menor movía intranquilo su pierna debajo de la mesa y arrugó el entrecejo cuando el más alto estuvo lo suficientemente cerca.

"Yunho apártate, ahora no puedo". Pensó ahora observando la cara del nombrado, su mirada carente de emociones logró acelerar el corazón del hombre frente a él.

Bien —suspiró con una sonrisa y se alejó del chico. —Me haces sentir vivo —dijo aun con el gesto en su rostro.

Jongho se limitó a regalarle una sonrisa de lado, tomó su celular; el ruido de las teclas logró que el mayor sintiera curiosidad, pero decidió no fastidiarlo con preguntas que luego también le harían la imbécil sentado en el sofá.

Los minutos pasaban; Yunho observaba al chico que escribía sin descanso sobre el cuaderno, como si fuese lo más bonito del mundo.

"¿Podrías ver si esto está bien?". Pensó el menor poniendo un cuaderno frente a Yunho.

—¿No que me largue? —preguntó con una sonrisa burlona.

"Sí, pero estás mirandome como idiota hace rato, al menos ve mis anotaciones y dime cómo están". Pensó sin levantar la vista.

El mayor le devolvió el gesto y comenzó a leer con rapidez cada página.

Si vienes a vivir conmigo podría pagarte clases particulares —aseguró sin despegar la vista del cuaderno.

Espectro.  ||-Minjoong-||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora