IV Honggie. Imposible.

35 11 2
                                    

Dalmin no paraba de temblar y sudar entre los brazos de su hermano. Él acarició su espalda buscando que regulara su respiración. Parecía ser que el hombre fue directamente a su despacho, lo cual calmó a los dos hermanos que se encontraban en la oscuridad.

—Está bien, él no preguntó por nosotros —susurró el menor intentando tranquilizarla.

Acarició su espalda hasta que su respiración mejoró. La chica se limpió algunas lágrimas que caían por sus mejillas; aún inhalaba con un poco de dificultad.

—Hongjoong, esto es serio —dijo apartándose un poco de su hermano y tomando una bocanada de aire —hay algo que no es Mingi aquí —tapó su boca y nuevamente se agitó un poco.

No quería ver a su hermana en ese estado, pero no podía contarle; la última vez que desobedeció a Mingi, sus amigos salieron heridos. Por otro lado, también, moría de ganas por saber todo. Sabía que Dalmin le iba a contar todo en ese momento si le mencionaba que tenía información de Mingi, pero no; Hongjoong quería oírlo de Mingi.

Dalmin miró a su hermano y al notar que no la tomaba en serio se levantó de su sitio.

No quería meterlos en esto, Hongjoong —miró en dirección a su hermano—, si tú no lo hubieses visto, esto no estaría pasando —finalizó retirándose del lugar.

"¿Entonces es mi culpa todo esto?". Pensó el chico comenzando a sentirse mal.

════ ⋆☆⋆ ════

Eran las seis con diez minutos, y aún se encontraba maldiciendo a su madre, con la diferencia de que ahora estaba fuera de la casa esperando que el auto de San apareciera...

Las flores del jardín delantero de la casa estaban en su mejor momento, plena primavera; definitivamente el jardín más bello del lugar lo poseía la casa de los Kim. Hongjoong miró con tristeza la única planta muerta del lugar.

—Qué lástima, eras parte de la única cosa linda que posee esta casa. —le dijo a la planta. Una imagen de Mingi se plasmó en su mente sacándole una sonrisa. — Pensándolo mejor, tal vez ya no sean lo único.

El sonido del auto estacionando llamó su atención. Rodó los ojos y se encaminó al auto; los vidrios polarizados no dejaban ver a quien se encontraba dentro, y agradeció ese detalle. Sabía que su padre lo observaba desde la ventana de la entrada.

San abrió la puerta del copiloto desde dentro. —Honggie— lo nombró suavemente, y una sonrisa que dejaba a vista sus hoyuelos y sus lindos ojos en líneas apareció.

—Buenas tardes, Hyung —se limitó a decir mientras cerraba la puerta del auto estando una vez adentro. San intentó mantener la sonrisa cuando lo llamó así.

—¿Cómo has estado? —preguntó mientras comenzaba a manejar.

—Nada fuera de lo normal, ¿y tú? —habló mirando por la ventana.

Lo observó un milisegundo y apretó las manos en el volante. Hongjoong sabía que le molestaba y lo trataba así para cabrearlo a propósito; era como un "cortejo", según su amigo Seonghwa. Sin embargo, en esta ocasión era diferente.

—Ya sabes, papeleo y viajes —dijo sin apartar la vista del frente.

El viaje fue silencioso; tardaron alrededor de media hora en llegar a su destino; San estacionó frente al parque que tanto le gustaba a Hongjoong y apagó el auto. Suspiró fuerte y apoyó su espalda contra el asiento.

—¿Te sucede algo conmigo, Hongjoong? Preguntó en un tono algo triste.

—Para nada —dijo el menor restando importancia —quiero decir, ¿por qué pasaría algo? ¿Por qué te fuiste del país sin avisarme y no me contactaste hasta un mes después? —preguntó aun mirando por la ventana. San apoyó su cabeza en el volante.

Espectro.  ||-Minjoong-||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora