VI. Raven,

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Act 1.

dragons revenge
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Capítulo IV. Cuervo

UN HERMOSO resplandor de tonos anaranjados se refleja en el azul del mar de Desembarco del Rey, el sol iluminó la fortaleza en poco tiempo e hizo que sus rayos solares impactaran con fuerza en los ojos de Joffrey, quien despertó mayormente por los...

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UN HERMOSO resplandor de tonos anaranjados se refleja en el azul del mar de Desembarco del Rey, el sol iluminó la fortaleza en poco tiempo e hizo que sus rayos solares impactaran con fuerza en los ojos de Joffrey, quien despertó mayormente por los ruidos fuera de sus aposentos.

Abrió sus ojos con pesadez, otra vez había tenido un mal sueño con respecto a su madre, posiblemente esa era la razón por la que tenía enormes ojeras. Dejó salir un suspiro tembloroso mientras se levantó de su cama.

Finalmente cuando estuvo listo, tomo uno de sus libros favoritos y se acercó a la ventana, siempre era hermoso mirar el amanecer mientras leía, uno de sus pasatiempos favoritos últimamente, sumergirse en la lectura era la manera en la que podía olvidar tan solo un momento la muerte de su madre.

Su lectura rápidamente se vió interrumpida por una sombra que invadió parte de su ventana, sus ojos miraron con curiosidad. Era un dragón, o eso era lo que reflejaba la luz, ya que el sol estaba en su máximo esplendor y le impedía ver correctamente.

Pensó para si mismo que habia una posibilidad de que fuera Daeron, deprisa dejó el libro y se apresuró a salir de sus aposentos.

Lucerys lo vió, alzó una ceja curioso por el evidente entusiasmo en el rostro de su hermano, algo extraño en él, últimamente siempre porta una cara asesina, de miedo.

— Joffrey...— Sin poder pronunciar nada más, él príncipe lo ignoró completamente.

Lucerys observó la espalda de su hermano alejarse por los pasillos rocosos del castillo.

El hijo menor de Rhaenyra se dirigió a pozo dragón, con solo un objetivo: cumplir su venganza.

Se llevó una gran decepción al ver a un castaño, con cara de pulga.

— Ah... Eres tú — Dijo con decepción al ver a su hermano Jacaerys.

—¿Quien más podría ser?— Contestó Jacaerys quitándose sus guantes—. Él único que monta con su dragón es Aemod.

En los días que llevaban en Desembarco, no habían visto ni una sola vez a Aegon y Helaena salir a montar a sus respectivos dragones.

— Pensé que podría ser Daeron —Murmuró Joffrey irritado—. Debemos empezar a actuar si queremos vengarnos lo antes posible.

Jacaerys asintió estando de acuerdo, pero dudo si debía mencionarle lo que había pasado anoche con Aegon. Ya había comenzado a actuar, pero no creía que fuera correcto decirle a Joffrey que se había besado con Aegon.

—Primero hay que romper al ayuno —Dijo el mayor tomando de los hombros al pequeño Alfa, comenzando a caminar hacia adentro de la fortaleza.

Él pequeño príncipe iba a renegar, pero prefirió callar cuando sus tripas sonaron en alerta, moría de hambre.

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