Una Última Vez - Lawlu

II

Un recuerdo agridulce por la tristeza de los años.

Siempre ha estado presente en su cabeza ese día, arrepintiéndose por no haber actuado desde ese momento e irse lejos junto a Luffy, aunque bueno, quien iba a saber que terminarían enamorados.

Recuerda ese día con exactitud, como aquel donde se entregaron mutuamente para no verse de nuevo; recuerda como quedó flechado en el primer momento en que lo vio, aún que cree que solo era su curiosidad por el chico.

Sabía de él por su padre —Rosinante—, quien ya le había hablado del chiquillo y como este solía enfermar continuamente por que aún no lograba acostumbrarse al clima de Alemania, convirtiéndose inmediatamente en su medico de confianza.

Monkey D. Luffy, un chico de quince años que se había mudado desde Brasil a causa del trabajo de su padre; sabe que estudia en casa y está destinado a dirigir la empresa de su padre, sin estar en contra, en cambio ansiaba dirigir la compañía familiar y enorgullecer a Dragon.

Law creía que no se llevaría bien con Luffy, ya que con solo saber aquellas pequeñas cosas, creía que el menor sería un niño malcriado y obstinado, alguien que ha tenido todo en bandeja de plata.

Pero cuando lo conoció, quedó encantado.

La libertad misma, aquella que el siempre atesoro, pero que por alguna razón jamás la tomo entre sus manos.

Luffy odiaba estar enfermo, no por los síntomas de un resfriado común, sino por qué tenía que estar en cama y no podía estar de un lugar a otro; explorando Alemania por su cuenta, conociendo nuevos lugares, aprendiendo el idioma con desconocido.

No conocía la palabra "quieto" o "descanso" y es que desde la primera vez que Law reviso a Luffy en lugar de su padre, se hicieron muy cercanos, tanto que Luffy secuestraba al otro para llevarlo a sus aventuras y Law no se oponía.

Rosinante estaba igual de encantado como su hijo, pues agradecía enormemente que ese chico inquieto haya aparecido en la vida de Law y lo llenara de las maravillas de amar la vida.

Dragon acepto muy rápido a Law en el círculo limitado de Luffy, creyendo que tener conexiones médicas le haría bien al menor en un futuro, además de ser hijo de su medico personal, confiaba plenamente en Law.

Aún que nadie esperaba que esa conexión se hiciera más fuerte.

Conoció un poco más de él, impresionado por la inteligencia del menor, pues este además de su idioma natal, sabía Inglés, español, japonés y por poco domina el Alemán.

Sabía cómo seguir una conversación, aún si eran temas que no dominaba como la medicina; solía interesarse en lo que Law decía y aun sin entenderlo del todo, preguntaba más.

Luffy amaba aprender y más si se trataba de Law.

—¡Esto es genial Torao!

Recuerda explorar ese día la selva negra junto a Luffy, hasta llegar al lago schluchsee donde el menor arrojaba piedras por diversión, haciéndolas rebotar en cada lanzamiento logrando hasta seis chapoteos.

—¿Te gusta? Solía venir aquí con mi padre —explico Law.

—Es bonito —arrojo otra piedra—. Alemania es realmente precioso. Brasil tiene lindos lugares, pero Alemania es otra cosa.

Law observó aquel brillo en los ojos del menor. Adoraba verlo tan emocionado por pequeñas cosas y como valoraba la sencillez de estas.

—¿Me llevarás algún día?

—¿A dónde?

—A Brasil, a tu tierra natal.

La sonrisa de Luffy se ensanchó y asintió con entusiasmo.