IV

172 23 142
                                    

Fantasearon más allá de las nubes, donde nadie se atreve a ir por miedo a caer de golpe a tierra.

Un sueño tan suyo, que no le pertenece a la libertad de sus corazones.

Ante la mira de un hombre frio y calculador, su felicidad se volvió pedazos y la realidad se los trago.

Cayeron en la trampa que ellos mismos pusieron para alguien más... escapar ahora no parecía tan fácil.

Entre gritos y lágrimas, entre el desastre de la habitación y los cristales rotos de las ventanas —que atraían el fresco aire que se volvía asfixiante dentro de aquella habitación—, se derrumbaron.

Hay un momento en la vida, dónde o te rompen el corazón o alguien llega para arreglarlo y no están en ninguno de ellos.

No pueden arreglarse.

No más.

Quieren arrancarse el corazón del pecho y arrojarlo por la ventana.

—¡Prometiste que nos iríamos de aquí! —grito Law.

—¡Y quiero cumplir esa promesa!

—La boda es mañana ¡Ya teníamos un plan!

—¡Recuerdo muy bien el plan! —grito Luffy— ¡Quiero irme contigo, quiero estar contigo! Pero mi padre... ya lo sabe.

Law despeino su cabello frustrado caminando por la habitación.

—Maldita sea...

—Torao.

—¡Mierda! —golpeo con su puño la mesa— ¿¡Cómo es que se enteró!?

Luffy fue hasta él, con la intención de abrazarlo, pero se quedó a centímetro de él, sin saber que hacer.

Bajo la cabeza y apretó los puños, impotente.

—Lo siento —susurro al borde de las lágrimas—. Lo siento, Torao —mordió su labio inferior.

—No —sacudió su cabeza, girándose para abrazarlo—. No es tu culpa, es solo que... —suspiro.

—Si escapo contigo, nos buscaran y mi padre te hará daño —sollozo en el pecho del mayor—. No quiero que te hieran Law, eres lo que más amo.

El mayor apretó a Luffy en sus brazos.

—Por favor... vámonos —pidió Law—. No nos encontrarán...

Luffy negó asustado. Él, más que nadie, conoce de lo que es capaz su padre.

—No puedo.

Quería gritarle a Luffy, quería decirle que es un cobarde y que probablemente no lo amaba.

Pero no, eso sería mentirse a si mismo.

Luffy está tan enamorado como él lo está.

Luffy le teme a su padre, como Law también le teme.

Esto no es un juego.

El amor no es suficiente para sobrevivir.

—Lu...

—Es tan injusto —apretó en sus puños la camiseta de Law—. No amo a Hancock, te amo a ti.

Acuno el rostro de Luffy, limpiamos las lágrimas con sus pulgares.

—No quiero que te cases con ella —susurro Law.

—Torao...

Law también derramó algunas lágrimas.

—Te amo, te amo tanto que me duele en el pecho la idea de no tenerte conmigo nunca más —confeso Law.

Luffy lo rodeo con sus brazos por el cuello, colgándose desesperado por la cercanía.

Una Última Vez - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora