Al principio no la comprendía, como no se comprende al universo. Algo que se entiende pero que se desconoce el por qué, lo que lleva consigo. Pero se sirvió de la mejor virtud que tenía como ser vivo, la curiosidad, y se interesó por el mensaje oculto tras esas líneas, que como barrotes enjaulaban a una bestia que deseaba que alguien los rompiese para poder salir y ser libre.
No conseguía conectar con la bestia, no podía ver a través de sus palabras. Pero no se frustró, se calmó y liberó a su propia bestia. Se abrió a esas palabras, las absorbió, les dio a cada una un sentimiento y los comparó con los suyos. Y entonces con su bestia desatada, como una madre que busca a su cachorro en la oscuridad de la noche, desgarro esas palabras confusas y se abrió paso destripando su verdadero significado, hasta que llegó al interior. Se sorprendió cuando vio lo que había allí oculto. La bestia encarcelada tras esa fina poesía era un reflejo casi perfecto de la suya. Se acercó a ese mar de sentimientos alborotados, y los abrazó con toda su alma.
Por fin había conseguido que esas palabras le llorasen en su hombro y dejasen caer sus lágrimas sobre su espalda.
Por fin la entendía.
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En la vida hay mas de un camino
crearás el tuyo a tu manera
no existe ningún tal destino.
Me siento solo, estoy cansado
pocas veces eso cambia
pero hoy ha pasado.
Te he leído, te he sentido.
Mi grito interior se ha calmado,
y mi alma ha sonreído.
Tu camino se ha cruzado con el mio
avanzan en paralelo, tan cerca que
parecen las aguas de un río.
No se si esas aguas se separarán
antes de llegar al impaciente mar.
Pero mezcladas o no, llegarán.
Y cuando el inmenso azul me rodee con su abrigo,
espero no perderme y encontrarte.
Para poder sentir mi soledad contigo.
-Per a tu, S.
