CAPITULO 3

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La condesa Na ingresó a su biblioteca siendo seguida por su fámulo Taeil.

El anciano le había sido leal desde siempre y era el único en quien confiaba para cada cosa que hacía. Después de todo, él la conoció desde antes de que ella se convirtiera en condesa.

Cuando tan solo era Sooyoung.

Y desde ahí la ha acompañado en silencio, obedeciendo sus órdenes y velando porque cada cosa que planeara saliera tal y como ella lo esperaba.

- ¿Cómo le fue anoche, mi señora? -inquirió Taeil. Había estado ansioso por realizar esa pregunta desde antes, pero como estuvieron reunidos con el resto de empleados no lo hizo.

-No pasó nada anoche, Taeil. -Le respondió la omega, rodeando el escritorio para sentarse en su lugar. Hizo un ademán con su cabeza para que el beta tome asiento en frente suyo, y este así lo hizo.

- ¿Qué quiere decir con eso, mi señora? Pensé que usted querría aprovechar el tiempo a solas con el gran líder.

-Y lo hice. Hablamos mucho, su intención era solamente conocerme. Siento que él tiene sus reservas sobre mí. Tal vez los miembros del consejo que tengo como aliados no fueron sutiles con el líder, al hacerle la sugerencia.

- ¿Qué le hace pensar eso?

-Sus dudas. Él me hizo muchas preguntas, pero no hay de qué preocuparnos. Aunque tenga sus sospechas sobre esta repentina unión, está decidido a hacerlo. Lo pude ver en sus ojos.

El fámulo asintió complacido.

-No dude de ello. El gran líder Jeno es un alfa de palabra según lo que todos dicen. Él cumplirá con sus obligaciones por el pueblo, y entonces usted pasará de ser una condesa a una luna. La luna del clan norte.

La condesa Na sonrió ante esas palabras.

La luna del clan norte.

Ese título estaba al alcance de sus manos, solo debía ser paciente y saber cómo actuar frente al líder. Luego de eso, toda Arcadia se pondría de rodillas ante ella.

-Estoy ansiosa porque ese día llegue, Taeil. No dejaré que nadie se interponga entre mi destino y yo.

- ¿Ni siquiera Jaemin, mi señora? -inquirió el anciano con cautela.

Sooyoung observó con los ojos entrecerrados al beta.

- ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso escuchaste o viste algo?

-No, no lo he hecho. -Le confirmó Taeil -. Es precisamente esa la razón por la que se lo pregunto. Él ha estado ausente.

-Ese malcriado -bufó -. Seguro cree que me ofende al no presentarse, pero es mejor así. Me evito tener que soportar su carácter o que el líder note la tensión entre nosotros.

-Usted sabe que él le guarda rencor por lo que descubrió y ayer ni siquiera se presentó en la cena para conocer al líder como debería de haberlo hecho. Temo que intente algo para dejarla mal frente al gran alfa.

La omega sacudió la cabeza y afirmó su espalda contra la silla.

-No te preocupes por Jaemin, Taeil. A él lo tengo controlado. Jaemin puede ser un poco molesto, pero sigue siendo un niño; un niño con una debilidad muy grande. Él sabrá que debe comportarse, porque de lo contrario su adorada Giselle será la que pague por sus actos.

-De cualquier forma trataré de mantenerlo vigilado. No podemos permitirnos fallar estando tan cerca...

-Y no lo haremos -dijo con convicción la omega -. No permitiré que nada ni nadie se interponga en mis planes, porque incluso si es mi propio hijo, me desharé de él como si fuera una piedra en el camino.

La tentación del alfa ⚝ NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora