La tentación del alfa ⚝ Nomin

CAPITULO 6

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Jaemin se sentía embriagado por la cercanía del alfa. No era capaz de pensar con claridad por toda la cantidad de feromonas que se habían esparcido por el aire.

Sus planes no eran esos.

No tenía la intención de tratar de seducir al alfa con su celo, ya que eso supondría una gran debilidad para él.

Cuando el celo le llega a los omegas se vuelven endebles, y su capacidad para pensar se reduce a una necesidad absurda por ser llenado y poseído por un alfa.

No era eso lo que quería.

Su celo ni siquiera debería de llegar en ese momento. Llevaba un control sobre él, y no se expondría de tal forma de haberlo sabido.

Aunque podía intuir de dónde provenía la inesperada ola de calor que lo golpeó antes de poder procesarla y lo debilitó frente al gran hombre que tenía adelante.

Sentir el cuerpo rígido del alfa contra el suyo lo único que hacía era avivar esa llama naciente en lo más bajo de su abdomen.

Jaemin tuvo que morderse el labio inferior para no soltar gemidos y rogarle al alfa que alivie su celo.

No. No podía permitirse hacer algo como eso en aquel instante.

Había considerado la posibilidad, y se hizo a la idea de que sí era necesario se entregaría al líder, pero no era el momento. Aún no.

-¿Es eso? -La voz grave de Jeno hizo que el cuerpo de Jaemin reaccionara, y el ardor de su cuerpo se expandiera -. Vamos, responde -insistió -. ¿Todo esto estuvo planeado? ¿Me trajiste aquí para que atendiera tu celo? Eres un omega sagaz.

-No... -Jaemin encontró la fortaleza para responder, sus orbes estaban tan vidriosos que la imagen del alfa estaba algo difuminada -. No es así, líder... No sabía que llegaría tan pronto.

Jeno no le creyó en lo absoluto, y chasqueó la lengua.

-Si lo que quieres es que te abra de piernas no tienes que poner tantas excusas. Será un placer para mí cumplirte tu deseo.

Jaemin gimió inconscientemente y se aferró a los hombros de Jeno, quien lo sostuvo con ambas manos, las cuales se sintieron pesadas y calientes.

Esas manos podrían apretarlo con tanta fuerza hasta romperlo y volver a unir sus fragmentos.

Jeno se inclinó a su oreja y jugueteó con el lóbulo, provocando que Jaemin volviera a gemir, que sus feromonas salieran más alteradas y que el lubricante chorreara con mayor fuerza entre sus piernas. Sus pantalones ya debían de estar empapados.

Si no hacía algo para detener todo eso iba a terminar cometiendo un error del que se podría arrepentir luego.

Debía medir cada paso que diera de ahí en adelante, ya se había expuesto demasiado.

-No, no es lo que... -Jaemin trató de contradecir las palabras soeces del alfa, pero entonces algo húmedo se deslizó por su cuello y se interrumpió soltando un gemido.

Jeno mordió la zona y luego volvió a lamer, asegurándose de no dejar marcas que luego tuviera que explicar.

-Basta de negar lo evidente -gruñó sobre la piel sensible del omega. Una de sus manos se deslizó más abajo de la cintura de Jaemin y le golpeó los glúteos con la palma abierta -. Estás bastante mojado aquí. Estoy seguro de que podría entrar sin tanta dificultad en este agujero tuyo. Solo tienes que pedirlo...

Las palabras caían como diminutas flamas que avivaban aún más esa lujuria desbordante de la que se encontraba preso.

Y sumado a ello, la forma en la que sus glúteos estaban siendo estrujados no permitían que la lucidez llegara a él para pensar en qué hacer para liberarse de esa situación absurda en la que se encontraba.