La dama del asesino

capitulo 17

Llovió durante horas y Kagami aprovechó el tiempo que pasó dentro del gimnasio de su escuela para practicar. Perdió la noción del tiempo y solo se detuvo cuando las luces se apagaron después de que un fuerte trueno resonara en el área.

“¿Qué…?” fue su reacción inicial antes de calmarse para evaluar la situación.

Estaba oscuro, muy oscuro de hecho, y afuera llovía muy fuerte. No había podido notarlo antes, probablemente debido a su concentración. Aprovechando la poca luz que proporcionaba el cielo nocturno a través de las ventanas, Kagami pudo localizar sus cosas en un banco cercano. Tomó su teléfono para usarlo como linterna.

Mientras rebuscaba entre sus cosas, dos cosas cayeron. Su teléfono, el que estaba buscando, ya estaba encendido. Y una caja muy familiar que sonó al lado de su dispositivo. Tomó su teléfono y abrió la linterna para confirmar sus creencias. Era la caja donde Kagami encontró a Longg por primera vez.

Al mirar a su alrededor, estaba segura de que no había visto a nadie entrar en la habitación y poner algo en su bolso. Y definitivamente no lo tenía cuando empezó, ya que había arreglado su propio bolso de antemano.

Al abrir la pequeña caja, vio aparecer a Longg.

—Señorita Tsurugi —dijo el pequeño kwami—. Es agradable volver a verla.

—Tú también, Longg. ¿Cuál es la situación?

~~

“No creo que pueda hacer esto”, fue lo que afirmó Marinette luego de escuchar al creador de los Miraculous.

El hombre, Ma Jie, le sonrió: “¿Por qué no?”

¿Por qué no? Ma Jie explicó cómo fue el primer poseedor de un milagro, cómo conoció a Tikki y a los demás kwamis y cómo se le encomendó asegurarse de que cayeran en las manos adecuadas.

“ Los kwamis han existido incluso antes de que se creara el Miraculous. Contiene sus poderes y puede liberarlos si es necesario ”, recordó que el hombre dijo hace unos momentos.

Mientras hablaban, Mari fue llevada a ver todo. Al comienzo del universo. Al comienzo de los kwamis. Cómo ha habido cientos de ellos hasta la creación. Cómo Tikki creó la vida en la Tierra. Cómo Plagg destruyó a los dinosaurios. Cómo los otros kwamis se perdieron en el vacío hasta que los encontraron. Cómo los humanos avanzaron con la ayuda de los kwamis. Cómo los kwamis restantes en la Tierra necesitaban compañeros para controlar sus habilidades, mientras que los de creación y destrucción necesitaban a alguien que los contuviera. Cómo Ma Jie creó los Miraculous para ayudar con eso. Todo .

Pero cuanto más sentido tenía, más confuso se volvía.

“¿Por qué contenerlos en los Miraculous si sus habilidades pueden transferirse directamente de todos modos?”

La sonrisa de Ma Jie permaneció en su rostro, pero se volvió triste y solemne. "Creo que sabes la respuesta a eso".

Y Mari tenía miedo de esa respuesta. Porque si esa era la única manera de derrotar a Hawkmoth y liberar a Nooroo, Mari sabía que tenía que hacerlo. Simplemente tenía que hacerlo. Y tenía miedo de no ser suficiente.

Tomando una bocanada de aire inexistente para calmarse, Mari cerró los ojos.

No te preocupes , escuchó las voces de las Ladybugs anteriores. Estaremos aquí contigo .

“No puedo hacer esto”, repitió, la afirmación era más para ella que para el mayor.

—Sí, puedes —fue lo último que escuchó de alguien que sostenía sus manos sobre las suyas.

Entonces ella se despertó.

~~

“¿Cuántos sois ahí?” fue la pregunta del duque Thomas mientras vestía su llamativo traje amarillo.

“No pueden entenderte, hablan francés”, fue la respuesta de Tim Drake.

Hace apenas unos momentos, Damian, seguro, pensó que estaban en apuros y que necesitaba hacer algo drástico solo para asegurarse de que al menos salieran con vida antes de atacar en un mejor momento. Afortunadamente, otros autoproclamados superhéroes de París y su padre llegaron.

“ Dios mío, qué ruido hacen ”, fue el comentario de una heroína rubia en francés.

—No sé qué dijo, pero me molestó —gruñó Todd mientras eliminaba a unos cuantos asesinos que estaban a punto de atacarlo—. Se trata de mí, ¿no?

Dick ató a algunas personas antes de responder. “Creo que se trata de un asunto colectivo, de todos nosotros”.

" Lo siento por esto ", escuchó Damian que su padre le decía al chico serpiente de cabello azul con el que habían recibido ayuda antes.

“ Estamos acostumbrados a la locura ”, fue la respuesta.

Damian seguía luchando contra otras personas, ignorando todo lo que los demás decían y concentrándose en llegar hasta su madre. Después de todo, la quería toda para él.

—No tan rápido, pequeño murciélago.

Era el gato peludo blanco de hace un tiempo.

—Hablas inglés —Damián no pudo ocultar su sorpresa.

El niño lo atacó. “Claro que puedo, soy un gato inteligente”.

Damian se burló. “No lo pareces.” Sus espadas chocaron.

Estaban parados a unos cuantos pies de distancia el uno del otro y Damian sonrió burlonamente ante la postura que adoptó el rubio. Uno de los pies del chico apuntaba hacia adelante, su pie recto hacia adelante. El otro pie estaba a un metro de distancia del frente, apuntando en un ángulo de 90 grados para encajar con el otro. Sus pies estaban doblados. El brazo de la espada está doblado en un ángulo familiar.

Damian estaba familiarizado con la postura. Después de todo, también había recibido entrenamiento en esgrima, entre otras cosas. Esquivando el ataque, Damian dio un paso hacia un lado y golpeó con la empuñadura de su espada la nuca del muchacho.

“¡Chat Blanc!” dijo una nueva voz, Damian miró hacia arriba, sabiendo que el otro chico debajo

Frente a él estaba el rostro familiar de su supuesta hermana con su madre biológica. Se escuchó un gemido del chico que estaba debajo de él.

"¿Cómo?"

—¿Cómo? —repitió Damian incrédulo—. Te gané a los 6 años, ¿cómo que cómo? —preguntó mientras pisaba la nuca de cierto gato blanco y usaba la forma en que se balanceaba como palanca para saltar hacia donde estaban su madre y su hermana.

—Mi hijo —susurró Talia.

—Madre —dijo Damian secamente.

—Hermano. —Su aparente hermana, Damian, arqueó una ceja.

"No."

Hubo un silencio antes de que las dos mujeres caminaran a su alrededor para rodearlo y luego lo atacaran al mismo tiempo.

Damian se apartó sin esfuerzo de los ataques, asegurándose de que no lo tocaran. Cuando la chica más joven intentó patearlo, él la agarró por la pantorrilla y la giró para inmovilizarla en el suelo.

—Se acabó, madre —dijo, sabiendo que los demás asesinos podían ser derrotados fácilmente.

—¿Lo es? —preguntó Talia y a Damian se le cayó el alma a los pies cuando se volvió hacia la chica que estaba debajo de ella. En lugar de ver el pelo largo y castaño, vio a una mujer pelirroja con la que estaba muy familiarizado.

—Damian, déjame ir —dijo la niña con la voz de Marinette Dupain-Cheng.