No quiero que seas mi alma gemela

Capítulo 25: La mariposa encuentra a su flor

Seré honesto, me costo un mundo hacer este capitulo ya que me costo plasmar la escena como me la imaginaba y debo admitirlo, lo reescribí 3 veces y aun así no estoy contento del todo con el resultado, pero ustedes me dirán, un saludo.

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Tome una respiración profunda y trate de darme ánimos antes de entrar en la habitación de Isa, no sabia como se lo diría, no sabia que esperar, no sabia nada, era tan aterrador el solo pensar en decirle que éramos almas gemelas, la idea que me rechace o se asquee ante la idea hace que mi corazón se paralice, pero esto ya no podía esperar mas y Casita tampoco aguantaría mas tiempo sin que la verdad saliera a la luz.

Entre tímida a la habitación siendo recibida por el familiar olor de las diferentes flores y plantas que había en la habitación, mi voz salió en un pequeño murmullo, que probablemente incluso Dolores tendría problemas en identificar como mi voz.

"Isa..." No puedo negar me encuentro aterrada, no sé qué esperar, no sé si esta enojada, no sé si esta furiosa o aliviada de todo lo que paso...

"Mirabel..." Me tense al escuchar la voz de Isabela y mire arriba Isabela se veía seria, demasiado seria desde su cama, genero una vide y bajo lentamente haciendo que mi corazón se sintiera más asustado.

"Isabela... yo..." Isabela llego al suelo y camino hasta mi su rostro serio se veía imperturbable, mientras se acercaba, mentiría si dijera que no me siento intimidada, de repente Isabela se ve mas grande que yo y yo me siento sumamente pequeña.

Con cada paso yo trataba de retroceder lo que ocasionó que el ceño de Isabela se frunciera ligeramente pero no hizo nada para detenerme, mi espalda llego a la puerta y yo ya no tenia escapatoria e Isabela lo sabía.

"Isabela..." Isabela rápidamente golpeo con su mano la puerta de su habitación haciendo que yo temblara y cerrara los ojos, estaba enojada, la había enojado y ahora no seria capaz de hacer nada para salvar a nadie.

"Mirabel, mírame" La voz de Isabela se escuchaba firme, pero eso solo hizo que me sintiera más asustada.

"Lo siento" Mi voz debió sonar asustada pero no era capaz de mirarla

"Mírame" La orden volvió a repetirse y yo no era capaz de hacerlo.

"No... no puedo" tenía miedo de verla.

"Sabes que odio que no me miren cuando hablo" Isabela tomo mi mentón y me obligo a Mirarla, pero en vez de ira en su miraba vi preocupación, genuina preocupación.

"Isa..." Isa parecía analizarme, cuando en eso de la nada tomo mi brazo y empezó a examinarlo.

"Se ha curado..." Ah, es verdad tía Pepa me lastimo...

"Descuida, comí algo de la comida de mama" no quiero pensar en eso.

"Mirabel" Isabela me miraba seria.

"De verdad estoy bien" No lo debo pensar, no lo debo pensar.

"Mirabel"

"Isa no debes..." No me hagas pensarlo...

"¡NUESTRA TIA TE ELECTROCUTO!" La voz de Isabela resonó y yo finalmente no fui capaz de decir nada.

"..."

"¡Deja de fingir que no te importa!, no sabes lo aterrada que estaba... ella te lastimo, ella dejo que su don te hiciera daño..." ¿Realmente importa? No era un secreto que no me quisiera.

"Qué más da..."

"¿De qué hablas?"

"Tía Pepa ya demostró que no me tiene cariño y dijo lo que todos en la familia piensan, aunque no lo digan"