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- ¡Bañémonos juntas!

Faye hizo una mueca cansada. Después de 12 veces, ¿Yoko seguía teniendo esa energía? Con una sonrisa cansada le asintió, y luego Yoko la jaló al baño para tomarse esa ducha. Y realmente la castaña lo malpensó. Pensó que iban a estar teniendo cualquier tipo de actividad sexual, pero no, Yoko estaba sentada en sus piernas mientras jugaba con el jabón que brotaba del agua, pareciendo una niña pequeña.

Faye se apoyó en su brazo mientras veía la espalda de la menor, y sus manos jugar con ese jabón. Solo faltaba un lindo patito para que la mujer siguiera riendo con esa singular alegría.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al momento en que sintió unas manos acariciar su cabeza, y luego a Yoko reír frente a ella.

—Parece que tienes la peluca de Casanova. -Faye alzó una risita al ver a la chica ser tan feliz y estar hiperactiva. Las veces que la había visto en su estado normal, era una amargada que pocas veces le sonreía, y cuando lo hacía, era una sonrisa falsa.

Yoko acercó sus labios a la nariz de Faye para besarla, y luego rozar sus narices, haciendo sonrojar a la mayor por la acción de su menor. En el contrato no había restricción en las muestras de cariño, así que la castaña tuvo el impulsó de acercarse y besar en los labios a la chica de pelo negro, dándole un piquito. Con una sonrisa llenando su rostro, Yoko volvió a acercarse a Faye y volver a besarla por más tiempo, y después acurrucarse en su pecho.
Faye estaba consciente que una vez que terminara la semana, el contacto con la menor de iba a limitar a simplemente acordar comprar pastillas, asegurarse que las tomaba, y comprar más condones para toda actividad sexual.

Y Yoko no podía pensar nada más que estar cerca de esa alfa que la había tomado tantas veces.

No quería que el contacto físico terminara, su omega interior le pedía a gritos que estuviera a la merced y siempre pegada a la alfa, así que por eso tuvo esa 'extraña' petición de bañarse juntas. Tuvo el riesgo de rogarle a su alfa que firmara la renovación del contrato porque se notaba que sabía lo que hacía, y se adaptaba a los gustos de Yoko. Las veces que le pedía algo a otro alfa, este se negaba y decía que solo tenía que obedecer sus órdenes, y Faye obedecía cada una de las palabras y peticiones de la menor, cosa que le gustaba.

Le gustaba mantener el control, pero por su papel en la jerarquía, pocas veces lo tenía, y eso no le gustaba para nada.

Estaba apoyada en el pecho de Faye, y ella le acariciaba el brazo. Su omega le decía que parecían una pareja, pero Yoko sabía que eran puras patrañas, no eran nada más que compañeras sexuales. Faye solo tenía que complacerla sexualmente, y Yoko solo tenía que aliviar su control. Su omega interior se entristeció al momento de recordar lo que eran, y dejó de comunicarse con la pelinegra por un rato.

La castaña no decía nada, y Yoko agradeció que no lo hiciera. Le gustaba el silencio, y ahora mismo se sentía cómoda.

O mejor dicho, su omega se sentía cómoda.

Little Bunny [FayeYoko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora