Prólogo

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Como cada mes, la luna llena iluminaba las calles de Beacon Hills, proyectando sombras alargadas y oscuras. En el aire flotaba una tensión palpable, perceptible incluso para alguien tan simple y humano como Stiles. Era como si la noche misma le estuviera avisando lo que estaba por venir.

Estaba acostumbrado a lo extraño y a lo peligroso, pero esta vez había algo diferente, algo... normal. Esa normalidad era lo que le inquietaba, lo que le hacía sentir que esta noche no sería como todas las demás. 

—¿Es este un obsequio de bienvenida?—La voz, suave pero con un toque de burla crispó a Stiles, haciéndole girar al instante. A unos metros de él, cinco chicos estaban parados observándolo con una intensidad que le hizo estremecerse.

Notó que quien había hablado era un Alfa, por los tonos rojos en sus ojos. Su cabello castaño oscuro en rizos desordenados le daban un aire tanto encantador como peligroso.

—Hola, pequeño... —continuó con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos—. ¿Quieres venir con nosotros?— preguntó, inclinándose levemente hacia él. Stiles bufó y metió las manos en los bolsillos de sus jeans.

—Gracias, estoy bien— contestó, quieto.

—¿Seguro? Porque algo me dice que le interesas a mi alfa, y cuando a él le interesa algo...—un chico musculoso de mirada intensa y oscura avanzó un paso, su postura desafiante y lista para una pelea.

—¿Lo obtiene? —cortó Stiles, finalizando la frase con burla—. Pues lo siento, pero tengo que rechazar la oferta.

—No creo que estés en posición de rechazar nada, conejito. ¿Crees que puedes impedir algo?— una muchacha de cabello negro como la oscuridad apareció detrás del musculoso, sus ojos oscuros brillaban con problemas.

—Probablemente no tenga oportunidad contra ustedes, pero ellos sí.

—¿Quiénes...?

Desde los árboles a un lado se comenzaron a oír pisadas, varias de ellas, y las sombras comenzaron a tomar forma hasta que tres de sus chicos aparecieron bajo la luz de la luna y se acercaron a paso calmado.

—Dijo que estaba bien, ¿verdad? —preguntó Theo, deteniéndose detrás del humano.

—Así que no estabas solo —dijo el alfa coqueto relamiendo sus labios.

—Nunca está solo —respondió Theo cruzándose de brazos—. ¿Están de paso?

—Sí, no buscamos problemas —dijo el de cabello rubio platinado, sin abandonar su posición detrás de su alfa. Stiles se achicó dentro de su chaqueta a causa del viento frío, y respiró profundo.

—Creo que... quizá podríamos quedarnos unos días —comentó el alfa sin apartar la mirada de Stiles, quien la soportó aunque algo dentro de sí se sintió incómodo.


**

—Scott, juro que no son de fiar —seguía diciendo Liam, caminando de un lado a otro en la sala de la mansión mientras todos lo miraban atentos—. Ese alfa miró a Stiles como si fuera comida, lo prometo, como si fuera la carne asada más jugosa y...

—Bien, es suficiente, Liam. Gracias por la explicación —interrumpió el humano, completamente avergonzado.

—Es cierto—coincidió Theo desde el sofá —Stiles no puede estar solo mientras ellos sigan alrededor. Debemos ser cuidadosos—

—¿Cuidadosos por qué? —preguntó el afectado.

—¡Podrían robarte! —exclamaron Ethan y Liam al mismo tiempo.

—¿De qué demonios hablan? Están...

—Amigo, creo que entiendo a lo que se refieren. Quizá deberíamos tener un poco de cuidado mientras sigan en el pueblo, y cuando se vayan, todo volverá a la normalidad. ¿Qué dices? —Scott le sonrió con la típica sonrisa de "Solo di que sí por favor".

—¿Y qué se supone que hagamos? ¿Van a hacer guardia fuera de mi casa como perros o algo? —bromeó, pero ante el silencio no pudo hacer más que maldecir.

A WOLF THING © SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora