Serendipia

79 30 8
                                    

El mundo no es solo como tú lo ves.  Hay otra realidad subyacente que aunque suele moverse en otro plano, a veces se deja ver.

En realidad no es tan complicado.  Ya estarás harto de leer o ver series donde te explican la idea fundamental de los multiversos o los metaversos.  Quizás hasta hayas bromeado con irte un rato a uno de ellos hasta que pase una situación que te incomoda.

Aunque existen guardianes de toda clase para evitar que ambos mundos se mezclen a veces eso ocurre provocándose poco más que una sensación extraña pero a veces auténticas calamidades o lo que es peor, delitos que conocedores de ambos universos aprovechan para evadir la ley.

Vamos a dar un ejemplo simple:  a veces, una gota de café cae sobre la leche. Es casi invisible, ni se tiñe de marrón.  Otras veces, pides un café corto y la generosidad provoca que la leche cambie de color.

Pues así funciona más o menos pero con guardianes en lugar de camareros.

Esa era la explicación más utilizada por Kieran Blackstone cuando algún humano ignorante de la doble realidad -había un puñado suficiente de humanos viviendo con los seres mágicos pese a no tener poderes- se encontraba por primera vez con ese mundo.

Kieran era en realidad médico, en uno de los hospitales de la red médica mágica.  También trabajaba para una ONG que colaboraba con la policía de ambos mundos en su tiempo libre.

Tiempo no era precisamente algo que le faltase.  Como un licántropo que tenía aún una de las sangres puras, descendiente de las Tres Familias y superior a ellos, mucha gente acudía a él como si pudiera hacer milagros.

Caminaba absorto en la música que escuchaba con los airpods pero en permanente alerta.

Su solitaria vida estaba a punto de cambiar.

Un tumulto unas calles más adelante le puso en alerta.  Alguien lloraba y sus súplicas de ayuda no sólo se escuchaban en el aire una vez fuera los auriculares.  Era extraño de explicar pero las palabras rebotaban con desfachatez en su cerebro.  Como si estuviera enviándole un SOS mental o alguna mierda semejante.

Apuró el paso al ver que un chico joven estaba acostado en posición fetal, los ojos llenos de lágrimas que se mezclaban con la sangre que hacía su rostro irreconocible.

Saltó y con agilidad se convirtió en un lobo gris plateado enorme.  Los muchachos que estaban apalizando al indefenso abrieron los ojos con terror.  Podría matarlos con facilidad. Solo eran unos críos, demonios de bajo astral cuyos padres no prestaban atención a que no sobrepasaran los límites permitidos en la sociedad para su especie.

Les rugió mientras se iban.  Recuperó su cuerpo y se alegró de haber sido previsor. Ya que lo que llevaba estaba despedazado por la carretera, se alegró de haber colgado en su pata delantera la mochila de emergencia.

Se puso la ropa, sacó su teléfono -Apple había hecho un muy buen negocio con él hasta que aprendió a guardarlo antes de la transformación.

Llamó a emergencias e incidencias. Trató de lavarle la cara pero seguía sangrando. Debía tratarse de un humano normal.

Buscó en su pantalón y encontró la documentación.  Era un turista.

Algo dentro de su cerebro que desde luego no era la razón le susurró cosas.  Iba a morir.  Su latido era débil, el charco de sangre enorme.  No sabía si tenía alguna relación con el mundo mágico pero aún así podría dar lugar a una crisis diplomática internacional.

En el fondo de su mente,  donde se guardan los secretos y las verdades que no queremos reconocer sabía que iba a hacerlo por egoísmo, porque no quería que esa persona muriera, porque no le conocía y ya se sentía responsable de su bienestar.

Lamió la sangre del rostro, sus ojos amarillos y sus colmillos creciendo.  Tuvo que contenerse para que la transformación no se consumara.

Buscó su nuca y mordió reclamando como suyo a un desconocido.  Luego dejo parte de su sangre, mordiéndose la lengua

"Lo he hecho para salvarle la vida.  Como licántropo sobreviviría a esas lesiones.

Mejor licántropo que muerto.

Escuchó las sirenas a lo lejos.

Echó de menos el tabaco que había dejado mucho tiempo atrás.

Iba a tener que rellenar muchos papeles.

Iba a tener que rellenar muchos papeles

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
; 𝐋𝐀 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐀 𝐄𝐍 𝐓𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora