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PROLOGO

Sparta.

Las yemas de mis dedos acariciando las cuerdas de mi guitarra hacían que el silencio del lugar fuera rotó por la sinfonía que era capaz de escucharse debido a la guitarra.

Un cuervo aleteo cerca mío sacándome de la escena donde me encontraba.

Me levanté del árbol donde me encontraba sentado y sacudí mi parte trasera por si algo había quedado pegado, así fuera una hoja. Tome mi guitarra y la metí en su estuche. Tenía una gran aficcion y pasión, más allá solo la tocaba para mi mismo.

—¿Sueles venir seguido?—Se escucho a lo lejos lo cual voltee buscando aquella voz.

A lo lejos observe a un chico con cabellos azules y un cigarrillo en su boca.

—No, Solo cuando quiero practicar.—Mencioné para empezar a caminar.

—Pareces muy aburrido, ¿Como te llamas guitarrista?—Dijo ganando mi atención.

Sparta.—Dije para voltear a verlo, este solo me regalo una sonrisa.

—Espero volver a verte pronto.—Dijo alejándose entre los árboles del lugar.

No preste atención a lo sucedió, pero decidí caminar hacia mi departamento. Abrí este y entré colocando el estuche de la guitarra y esta en general en el sofá.

Tenía años viviendo solo por lo tanto no era problema. Mis padres vivían en el extranjero y había sido mandado a clases de literatura e historia en este lugar; Madrid.

Mi afición no era tanta, pero tampoco era como que no me interesará. Me encantaba tanto la historia.

Siempre abría sabido que en la vida no debías depender de nadie. Pero el estar solo me hacia sentir vacío.

Me dirigí a la ducha mientras me abrazaba un poco por los hombros. Tenía frío, el agua callendo en mi cuerpo estaba tan fría que me hacía pensar y pensar.

Salí de la ducha y me acomode en mi cama. Esperando que mañana fuera un mejor día, y en el fondo de mi corazón sentía que eso cambiaría. Que algo en mi vida cambiaría y por primera vez me sentía entusiasmado y quería tener la razón, al menos en esta ocasión.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐬𝐮𝐬𝐩𝐢𝐫𝐨𝐬 𝐲 𝐝𝐮𝐝𝐚𝐬. (Sparta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora