Santiago despertó con la mayor de las sonrisas. Desde hacía un tiempo, madrugar era uno de sus hobbies favoritos. Lejos quedaban los agobios del trabajo, el constante odio que llevaba en su interior y lo poco que deseaba amanecer... Ahora la vida era tan maravillosa que cuando cerraba los ojos la noche anterior solo deseaba que el día siguiente llegase cuanto antes.
Miró a su lado y su sonrisa creció, perdonarse y perdonar habían ayudado, aunque quien tenía el honor de ser la causa de su nueva vida, era esa diminuta mujer que dormía plácidamente junto a él. Alicia fue la tromba que se mostró ante sus ojos... Tantos años y tan ciego.
Tal y como se decía; perdonó y se perdonó. El pasado ya no importaba y en lo único que podía pensar era en el presente y en el futuro tan brillante que le deparaba, y en ambos, Alicia estaba a su lado, completamente curada de su enfermedad.
Y... Así es como se encontraba en la actualidad; el cáncer había remitido y el cuerpo de Alicia recuperaba su vitalidad. El aumento de peso, el largo del cabello, el rubor en el rostro... Sí, por fin lograron llegar a la última etapa en la que su máxima preocupación era regresar a la rutina diaria. Atrás quedó la negación y el darse por vencidos. Esa batalla en la que Alicia y él se enfrentaron por primera vez, en la que la mujer aceptaba su temeroso destino y él se agarraba a la ciencia buscando una segunda opinión...
Fue un excompañero de la facultad de medicina quién le puso en contacto con un doctor que estaba llevando a cabo un tratamiento experimental para el linfoma no Hopkins. Sin embargo, Alicia se sintió traicionada por desobedecer su decisión y según sus propias palabras "prolongar su sufrimiento".
Pensando que estaba perdiendo la batalla e ignorando esa tirantez que siempre iba a existir entre ellos, Santiago se vio obligado a aliarse con Julia. La fe ciega de Alicia en su amiga fue la que finalmente la convenció en dar ese primer paso y probar con ese tratamiento que resultó en un sorprendente éxito.
–Creo que le voy a cobrar si continúa mirándome.
Alicia sonreía abiertamente, una sonrisa que iluminaba los días más oscuros.
–Y yo disfrutaré abonando el costo.
Si su sonrisa le iluminaba, su risa cargada de vida sonaba como la melodía más hermosa jamás escuchada.
–Si preparas un desayuno rico, tu deuda queda cancelada.
Y que su apetito hubiera crecido le alegraba en demasía.
Otro signo de que estaba curada.
–¡El mejor desayuno de aniversario!
Su mente ya estaba trabajando en un platillo delicioso, lo cierto es que la anoche anterior había alistado todos los ingredientes para no perder tiempo en la mañana.
–¿Aniversario? –preguntó Alicia confusa–. No es nuestro aniversario.
Desde luego que no lo era y para nada estaba en un error, pero sí se encontraban de aniversario. El mejor aniversario de todos.
–Amor, hoy cumple un año desde que tu cuerpo está libre de cáncer.
Apenas podía contener la emoción. Un año desde que recibieron la mejor de las noticias y un año durante el cual se confirmó su buena salud.
Alicia hizo un mohín. Su reacción no era ajena para él, era la habitual cada vez que le recordaba que estaba sana.
–No creo que sea conveniente celebrar algo así. El cáncer siempre puede regresar, además, hoy debo acudir al doctor para mi revisión anual.
–Amor, estás bien –rebatió–. Tus análisis son rutinarios y estoy completamente seguro de que no hay ni un residuo de enfermedad en tu organismo.
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Batalla perdida (Mentiras Perfectas)
FanfictionTras superar que Matías no es su hijo, reconciliarse con Julia y Cristóbal y encontrar el amor verdadero, la felicidad era constante en la vida de Santiago. Sin embargo, nadie podía imaginar en la batalla que estaba por llegar y en la que Alicia se...