Al día siguiente era sábado por esta razón Serkan no tenía motivo alguno para salir temprano de su cama y sobretodo ninguno para despertar a su hada ni mucho menos a su pequeño o pequeña que dormía plácidamente envuelto en sus brazos. Pero de golpe a eso de las seis cuando el sol solo comenzaba a salir oyó ruidos en la puerta.
- ¿Qué pasa? – Pregunto Eda
- No sé amor, no importa, vuelvan a dormir. – Pidió él acariciando su pelo
- Ve a ver, se despertó y no le gusta ese ruido. No le gusta que la o lo despierten con ruido, solo con tus besos –
- ¿Es enserio? –
- Mucho, baja la mano y siente. – Pidió acurrucándose más en su pecho.
- Wooo, ok, si, esta inquieta o inquieto. Ya regreso –
Dicho esto bajo corriendo y al abrir la puerta se cruzo con Enguin.
- Son las seis de la mañana, ¿Qué pasa? –
- Necesito asilo político –
- ¿Qué paso? –
- Piril me corrió de casa. –
- ¿Eh? –
- Pues si –
- Pasa, pasa. Eda esta durmiendo. ¿Pero que paso? –
- Si te soy sincero, no tengo idea, solo le regale una caja de chocolates para compensarla por irme de viaje y empezó a gritarme –
- ¿A gritarte? –
- Si, pero enserio, y dijo cosas extrañas –
- A ver Enguin, esta embarazada, hormonada, no se lo tengas en cuenta. –
- Eso pensé en un principio, que se había sentido sola y estaba enojada, hasta que me pidió que me saliera del cuarto mientras se arreglaba para dormir. –
- ¿Eh? –
- Lo que oyes, me pidió salir mientras se ponía el pijama para que no la viera desnuda, dijo que ya no quiere que la vea así. No sé que le pasa, cuando le dije que no iba a irme hasta que me explicara que le pasaba me echo. –
- Ok, tranquilo. Ve a dormir a la habitación de visitas y cuando Eda se despierte, hablamos –
- Gracias abi –
- No, para eso esta la familia –
Luego de acomodar a su mejor amigo en el cuarto de visitas de su casa, el pelirrojo regreso con Eda que daba vueltas en la cama ante la falta de sueño. En cuanto Serkan retomó su lugar a su lado, Eda se calmó.
- ¿No puedes dormir sin mí? – Le pregunto a su bebé acercando su boca a la panza de Eda
Kiraz estaba dormida en su casita cuando de repente, la despertó la voz de su adorado papá.
- No, no quiero dormir sin ti – Pensó
- No sabes cuanto me alegro de que no puedas dormir si no es conmigo y me necesites, porque eso significa que soy un buen papá y que confiamos el uno en el otro mutuamente aunque aun no pueda verte –
- Confió en ti, aunque no sepa lo que es eso. Pero no tengo ganas de nadar para que me entiendas –
- Te amo mucho mi pequeña o pequeño. Y tú presencia hace que mami este bella, muy bella, ¿Sabes por qué? –