12. Querer también es dejar ir

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Emma salió del apartamento sobre las 6, lo antes posible, intentando olvidar lo que había pasado con Severide e intentando evitar que volviese a pasar. En el fondo, era extraño. Emma conocía a Severide desde los 12 años, y prácticamente él paso de ella hasta cumplir los 18. No reparaba en su presencia ni un pelo, y era simplemente la hermana pequeña de Matt.  Cuando cumplió los 18, comenzó a molestarla más a menudo, y se habian cogido cariño a pesar de estar todo el dia discutiendo como el perro y el gato. Pero las cosas habían cambiado desde que se metió en la academia. Severide siempre había sido mujeriego y juerguista, pero las cosas habían aumentado, y con ella estaba extraño. O bueno, quizá él seguía actuando igual pero la que había cambiado era Emma. Quiza reparaba de más en su presencia y le molestaba mucho más las cosas que hacía. Solo quizá...

De nuevo Emma perdió 5 minutos de su tiempo pensando en ello, hasta que se encontró de frente el Chicago Med. Cogió aire antes de entrar, temiendo lo peor y tratando de liberar la frustración que acumulaba pensando esas cosas.

-Estás despierto?- susurro sigilosamente en cuanto llegó a la sala.
-Emma? Que pronto has venido- dijo él.
-Si, quería pasarme por aquí y después ir al parque. Como estás?- preguntaba Emma evitando hasta el final aquella pregunta.
-Bien, mañana me mandan a casa, con muletas obviamente.

Se hizo el silencio en la sala.

-Queria preguntarte algo...- dijo Mills.

Emma se tensó en su silla.

-Por favor, quiero que me respondas con toda sinceridad- la conversación volvía a repetirse, pero está vez nadie iba a interrumpirla.
-Claro, que pasa?- dijo Emma disimulando su nerviosismo.

-Sientes algo por Severide?

Entonces un escalofrío recorrió el cuerpo de Emma de arriba a abajo. Miraba incrédula el rostro de Mills, esperando que se echase a reir diciendo que era broma, pero el chico estaba muy serio, y para lo que era él, más serio que nunca.

-Q-que?- pregunto Emma.
-Dimelo, sientes algo por él o no?
-A que viene esta pregunta?
-Tu solo contestame. Porfavor.

El cerebro de Emma funcionaba con rapidez, intentando buscar una respuesta coherente. Emma estaba alucinando. No solo por la pregunta, sino porque no sabía muy bien cómo responderla.

No, claro que no te gusta Severide, no tienes nada que pensar-se convencía ella-porque lo estás dudando? Le odias.

-No. Claro que no, no siento nada por él.

Mills clavo su oscura mirada en ella. Una mirada que a pesar de la decepción recién causada, todavía transmitía cariño y calidez por ella. Emma esperaba alguna palabra de parte del moreno, pero Mills no decía nada.

-No, no siento nada por Severide.- repitió para ver que sucedía.
-Emma...

Entonces, los ojos de Emma comenzaron a aguarse. Comenzó a pestañear más de los normal intentando evitar que se le llenasen del todo y un único pestañeo causase la caída de una enorme lágrima. Ya sabia que iba a pasar a continuación.

-Mira, yo te quiero muchísimo, y lo seguiré haciendo creo que para siempre. Me fijé en ti desde que te vi cumplir los 17, cuando llegue a este parque. Yo tampoco era mucho mayor, solo tenía 19 y recién entraba como aspirante. Aún eras menor de edad y sabía que tú no me conocías de nada, pero tambien sabía que la espera valdría la pena. He sido el hombre más feliz del mundo desde que me pediste una cita, estoy completamente enamorado de ti y no puede dolerme más hacer esto...

Emma no podía creerselo. Recibía cada palabra como un pinchazo en el corazón. Le dolía romper con él, pero también le dolía saber que ella nunca sintió tanto por él. Emma no sabía lo que era estar enamorada, pero pudo jurar en ese momento, que ella nunca lo estuvo. Se sentía una persona horrible, sentía que había jugado con sus sentimientos.

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⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

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CHICAGO FIRE- Corazón en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora