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Era su culpa, Yoongi lo sabía; eso no le impedía sentir la rabia que estaba sintiendo, su mirada fría y penetrante podría matar a cualquiera si él se lo propusiera.

Hacía poco más de tres semanas que él y Jimin dejaron de verse. Intentó llamarlo pero el rubio bloqueó su número, fue hasta su casa para poder verlo pero nunca abrió. Había arruinado por completo todo con Jimin y saber que el rubio encontró consuelo en los brazos de otro lo consumía por dentro.

Hoseok, su mejor amigo, se encontraba a su lado recargado en las taquillas de forma despreocupada, hablando de lo que sea que estuviese hablando pues el pelinegro no estaba prestando atención a lo que su amigo estaba diciendo.

Yoongi no tenía ningún interés en la conversación de Hoseok, toda su atención se encontraba puesta en cierto rubio de baja estatura y un grandulón desagradable que sujetaba las manos de su chico, corrección, su ex chico; el chico reía como si aquel fortachón le contara el mejor chiste del mundo a tan solo a un par de metros de él, lo suficiente para no escuchar su conversación, lo que le provocaba aún más rabia; ¿Qué era tan gracioso como para que su Jimin le regalara su hermosa sonrisa a otro?

No sabía a quién estaba odiaba más en este momento, a Namjoon por atreverse a tocar a Jimin, a Jimin por torturlo de esa forma o a él mismo por ser tan imbécil y dejar ir a Jimin sin decirle todo lo que sentía por él, ding ding ding, respuesta correcta.

- Ey, Yoongi, ¿Escuchaste lo que te dije? -miró a la misma dirección que mantenía a Yoongi arrojando fuego por los ojos- amigo, déjalos tranquilos, ¿Quieres?- golpeó ligeramente el brazo de su amigo haciendo que por fin reaccionara.

-Joder Hoseok, solo míralos, es como si estuvieran riéndose de mí en mi cara - el mencionado miró nuevamente a esa dirección.

El mencionado giro discretamente hacia el lugar que le provocaba ese mal humor a Yoongi.

-Sí, tal vez, pero tú te lo buscaste, Jimin te dió muchas oportunidades y decidiste arruinar cada una de ellas.

-Maldita sea, no es así. Solo no encontré el momento adecuado.

-Pero encontraste el momento adecuado para decirle que lo suyo no era nada serio aún.

-Y me arrepentí en cuanto lo dije -gruñó el pálido al escuchar nuevamente la delicada y dulce risa de Jimin de la él no era el causante.

-Oh vamos, no uses excusas. Solo tenías que decir "Te amo, Jimin, eres el amor de mi vida" flores, flores, corazones, corazones -. Yoongi lo miró con rudeza causando que Hoseok rodara los ojos- Salieron, juntos por más de seis meses, ¿No pudiste formalizar lo suyo en todo ese tiempo? Si yo fuera él, te habría dejado en el segundo mes.

-Estaba esperando el momento correcto.

-¿Y cómo te salió eso, ¿eh?

-Ya lo sabes -recordarlo le provocaba ganas de que el equipo de lucha lo pateara hasta dejarlo inconsciente, le dolería menos que ver aa Jimin con alguien más.

-Buhu -Hoseok chilló en tono de burla -Que pena por tí. Parece que Jimin al fin encontró a alguien con suficiente responsabilidad afectiva y menos cabeza hueca.

-Gracias por recordármelo, hobi, es un consuelo tenerte como amigo -dijo Yoongi en un claro tono sarcástico.

-Es un placer. Ahora deja de acosar a Jimin. Vámonos, tenemos entrenamiento.

El pelinegro dió un fuerte portazo a su casillero con la única intención de hacerle saber a Jimin que si quería molestarlo con todo esto, lo había logrado.

-Te odio.

-No podrías vivir sin mí-rodeó los hombros del pálido y lo arrastró lejos de ese pasillo, Yoongi a regañadientes tuvo que seguirlo.


I Can't Read Your Mind Donde viven las historias. Descúbrelo ahora