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Yoongi se aclaró la garganta en señal de que quería que el moreno se fuera y los dejara solos, acción que Namjoon ignoró, por supuesto.

-¿Estás seguro? -colocó su mano a un costado de la cabeza de Jimin, acción que provocó un gruñido del pelinegro ahí presente.

-Seguro -el rubio asintió dándole una sonrisa tranquilizadora al moreno -ve a buscar a Seokjin, aclara todo e invítalo a salir.

¿Invitarlo a salir? Yoongi estaba confundido, ¿No se suponía que ellos dos estaban juntos? De repente algo en su cabeza hizo click, poniendo todas las piezas en su lugar. Jimin sabía que él era su punto débil y lo usó en su contra.

-Chico listo -pensó el pálido para sus adentros.

Una vez que Namjoon le dedicó una atemorizante mirada que no perturbó en absoluto a Yoongi, el moreno se fue en la misma dirección que Hoseok y Seokjin, dejándolos solos por fin.

-¿Y? -Jimin cruzó los brazos frente a él com expresión seria.

-Minnie, yo solo-

-No me llames así, solo mis amigos me llaman así y no recuerdo que seamos amigos.

Frustrado, suspiró por la nariz intentando mantener la calma.

-¿Podrías intentar escucharme un jodido instante?

-No me hables así o me iré, agradece que estoy aquí, dispuesto a escuchar lo que sea que vayas a decir, pero si solo me hablarás como si yo fuera el que lo arruinó todo, me voy, no estoy para tus juegos -el rubio estuvo por marcharse, siendo detenido por la mano de Yoongi sobre su muñeca.

El pelinegro cerró los ojos y respiró profundo y continuó hablando.

-Tienes razón, lo siento -de pronto sintió las múltiples miradas que los rodeaban- Deberíamos ir a un lugar más privado.

Al igual que él, el rubio observó a su alrededor, ya les había dado suficiente de qué hablar a todos ahí, no era su intención ser el chisme del mes en la universidad. No tuvo otra opción más que darle la razón a Yoongi.

El azabache tomó su muñeca y lo llevó dentro de la casa, escaleras arriba hasta la terraza de los Jeon, Yoongi sabía que Jungkook nunca dejaba que nadie subiera hasta ahí por lo que era el lugar perfecto.

-Está bien, ya estamos solos, ¿Qué tienes que decirme? Tienes cinco minutos o me voy.

-Quería decirte que -las palabras no salían, le temblaba la voz y le sudaban las mano- Yo -respiró profundo y tomó valor de no sabe dónde - Lo siento Minnie, me equivoqué, no debí hablarte así ese día.

Aunque sorprendido por recibir una disculpa, Jimin no podía dejar que Yoongi lo viera con el corazón ablandado tan fácilmente, no esta vez.

-Disculpa aceptada, ¿Puedo irme?

-No, aún tengo algo más que decirte -tomó ambas manos de Jimin entre las suyas, deleitándose con el suave rose, bajo la luz de la luna, con esa maravillosa apariencia y un rostro delicado, lucía perfecto a los ojos de Yoongi. Lo extrañaba, lo necesitaba con él- Te amo, Park Jimin.

Las palabras surgieron sin previo aviso, tomando por sorpresa a Jimin, acelerando su pequeño corazón a tal punto de pensar que saldría de su pecho directamente a las manos de Yoongi. Por un momento estuvo a punto de arrojarse a sus brazos pero debía controlar sus impulsos, aunque innumerables veces soñó con escuchar a Yoongi decirle esas tres palabras, un te amo no podía arreglarlo todo entre ellos mágicamente.

-Eso no cambia nada Yoongi, ¿Cómo sé que esto es real y no una forma de enredarme hacia tí otra vez? -los ojos del rubio se cristalizaron, Yoongi no iba a permitir que su chico bonito derranara ni una lágrima más por su culpa.

I Can't Read Your Mind Donde viven las historias. Descúbrelo ahora