5. Evitar, para no amar

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— Ella dijo tu nombre, te reconoció.— Nattawin me encaró. Había llegado justo después que dejé a Ciize en la entrada de su casa.

Apretaba la mandíbula tratando de evitar tener pensamientos que dejen al descubierto mí emociones, de seguro Nattawin los escucharía.

— Lo dudo, ella puede pensar que fue un sueño. Estaba inconsciente.— Trataba de parecer calmada, sin embargo, temí por lo que podría pasar si Ciize recordaba el momento en el que la llevé a casa.

— ¿Qué te asegura eso?. Sabes que puedo leer tu mente.— La mirada de Nattawin estaba cargada de preocupación y a la vez ira. Fijó su mirada oscura en todos mis hermanos.— Puede ser un peligro para todos nosotros.

— No lo será, lo prometo.— Decidí mirar hacia el exterior. El bosque visto de mí posición a través de aquel enorme cristal se veía tan oscuro y tétrico.

— Actuaste por impulso, Milk.— Exclamó exaltado. Yo sólo miraba desde una esquina de la sala.— Se supone que no debemos involucrarnos con humanos.— Su mirada fue hacia Freen. Pude ver como su recta postura se convirtió en una encorvada.

— La humana estaba en peligro, Nattawin. Sabes que nunca apoyaría un acto irrazonable, está vez sí que hubo una buena razón.— Sirilak habló tratando de disminuir la evidente tensión. Agradecía internamente.

— Que no se vuelva a repetir, Milk. Esto también va para cada uno de ustedes. Esperemos que esa humana no esté en el mismo instituto al que irán o la misión se verá muy afectada.— Fue lo último que Nattawin dijo en forma de advertencia y en instantes desapareció de la sala.

En cuanto se fue, el silencio se apoderó de cada espacio en la habitación. Todos, exceptuando Gemini, tenían sus ojos puestos en mi.

— Nos debes una, hermanita.— Gemini era el más calmado de todos. Estaba sentado con una de sus piernas cruzadas sobre la otra mientras parecía estar limpiando sangre seca de sus de sus uñas, podía sentir el aroma hasta donde estaba.

— Después de todo, esta semana nos alimentamos dos veces.— Al menos Love estaba feliz. Se puso de pié y caminó hasta la terraza.

— Eres la más sedienta.— Dije con una sonrisa mientras la veía invadir mí campo visual. Aún me encontraba mirando la oscura belleza del bosque.

— Nattawin aún no supera el que haya salvado a esa humana.— Freen habló con un poco de melancolía en su voz. Giré y puse mí atención en ella.

— Todos alguna vez nos enamoramos de alguien poco conveniente, Freen.— Sirilak, reposaba su mano en uno de los hombros de Freen, en forma de apoyo. En cuanto articuló esas palabras pude notar la energía que emanaban sus ojos en mi dirección.

— No fue amor, sabes que tenía un compañero.—

— Tener un compañero y enamorarse son dos cosas distintas Freen. Sabemos que te presionaron y tu elección fue Heng, a pesar de ser de otro clan, porque no querías hacerlo con ninguno de nosotros.—

— ¿Qué pasó para que Freen se encontrará con esa humana?.— Pregunté curiosa. En todos estos años jamás había preguntado acerca de lo que pasó.

— Se supone que esa noche nos alimentaríamos, sin embargo, al igual que hoy, una humana había sido secuestrada. En cuanto la ví me sentí deslumbrada por su belleza.No parecía humana, pero, cuando escuché sus latidos supe que no era vampiro.—

— ¿Qué pasó luego?.—

— Después de salvarla, había algo que me hacía desear más de ella. Era casi imposible no desear verla. Así que me escapaba todas las noches y de lejos la vigilaba.—

VÍNCULO [MilkCiize]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora