〘05〙¡¡Absurdo!!《Última parte》

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En esta vida hay demonios normales y demonios internos. Muchos dicen que por supuesto que los demonios que existen en esta realidad son a los que hay que temer. Pero... ¿No es más peligroso algo que está dentro de ti? ¿Atormentándote con cada cosa que has odiado en tu vida? Sabrá todos tus puntos débiles y los usará para hacerte perder la razón y que tú mismo te destruyas sin darte cuenta...

Luo Binghe era un joven que había llegado hacía poco más de tres años a la montaña Cang Qiong, más específicamente, al pico Qing Jing, dónde tenía como shizun a un hombre que físicamente siempre se mostraba hermoso, etéreo, como si nada de lo que sucediera a su alrededor pudiera perturbarlo.

Aunque bueno, esto era con respecto a su apariencia, ya que su personalidad era... Bueno, intentando no ser tan ofensivo... una mierda. Aunque Luo Binghe era el tipo de joven que apreciaba mucho la amabilidad de este shizun de haberlo tomado como discípulo, tenía que admitir que era un maestro realmente... estricto.

Al menos así era con él.

Claro, su Shijie, Ning Yingying, en comparación de los demás, siempre era amable con él, además de que ella le decía que seguramente Shizun era estricto con él porque veía su potencial, lo que en realidad alentaba al joven a continuar dándolo todo de sí.

Tal vez el problema serían sus shixiong. En particular, Ming Fan, siempre parecía querer darle muchos trabajos, por lo que el joven Luo Binghe siempre lo atribuía a que este quería ayudarlo a mejorar en su cultivo o que este estaba demasiado ocupado (ya que era el discípulo principal) para hacer tareas menores.

De cualquier forma, no es como si tuviera mucha opción de objetar ante cualquier mandado que le encargaran; después de todo, él no era ningún discípulo destacado; a lo mucho simplemente era uno más del montón, tal vez incluso menos que eso. Aún así, se sentía afortunado de poder estar en una secta tan reconocida e incluso estar bajo la enseñanza de un maestro tan impresionante como lo era su shizun, Shen QingQiu.

Su Shizun, a pesar de parecer no agradarle mucho, a veces le encargaba una que otra "misión" para ayudarle a mejorar en su cultivo. Incluso le había regalado un buen libro para que estudiara por su cuenta. Sin importar de cuan difícil sea estar en ese lugar, definitivamente daría todo lo que tenía para mejorar. No importaba cuánto daño pudiera recibir; en definitiva lograría convertirse en un discípulo destacado; lo haría por su madre, por su shizun, por toda la secta y por él mismo; es por esa razón que tendría que estudiar fervientemente y entrenar siempre que tuviera tiempo.

En general siempre entrenaba en alguna parte del bosque de bambú que había en el pico Qing Jing, y era muy agradable sentir que cada día estaba mejorando más. Aún cuando su mismo Shizun decía que no servía para nada y lo regañaba sin dudar dos veces...

Algo como eso sucedió el otro día.

Estaba tranquilamente cortando la madera para la calefacción; normalmente este era uno de esos tantos encargos que le daban sus Shixiong, por lo que ya estaba acostumbrado a esto. No era la gran cosa y simplemente era bastante bueno para poder entrenar su cuerpo. Él mismo estaba consciente de que era bastante débil tanto en poder espiritual como físicamente hablando, por lo que no era un mal entrenamiento para ir avanzando con algo.

Particularmente ese día se encontraba con Ning Yingying, quien estaba hablando mientras el joven Luo Binghe cortaba la madera. Simplemente eran conversaciones mundanas de cómo ha ido avanzando su entrenamiento, como ha dormido y esas cosas.

Ning Yingying puede llegar a ser bastante insistente en esos temas, así que simplemente se limitaba a responder una que otra pregunta a la espera de que se cansara o algo así, aún cuando sabía que era un tanto improbable que sucediera.

Los 7 Días De Una MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora