〘02〙Día 0. La Maldición.《Parte 2》

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"¿Maestro Shen?..." El hombre que estaba conduciendo el carruaje llamó con cautela a Shen QingQiu. Este se despertó como si nada, sus ojos aún estaban algo perdidos, realmente eran sueños muy vividos.

Le hizo sentir algo mareado, pero se recompuso rápidamente. "¿Qué sucede?" preguntó él, volteando en la dirección a dónde podía escuchar la voz.

"Ya hemos llegado a la ciudad de Yīn Rén Hé Yī" dijo el hombre fuera del carruaje esperando a que Shen QingQiu saliese.

[En Save no hay ninguna ciudad con ese nombre, simplemente es un nombre creado por mí para esa ciudad. El significado no es del todo preciso, pero es "Unión entre el sonido y las personas"]

Shen QingQiu rodó los ojos: 'Vaya nombre el que tiene este lugar'. Antes, cuando había leído la carta que le fue entregada, no le había tomado importancia al nombre, hasta que le pasó por los oídos gracias al conductor del carruaje. "Entiendo, saldré en un momento"

Suspiro un poco, puede que no fuera una persona que resultaba afectada por esa clase de juegos mentales, pero por alguna razón seguía pensando que había algo extraño en aquellos sueños.

Salió con suma elegancia del carruaje. Todos sabían cuál era la belleza de aquel maestro inmortal, pero aun con eso, lograba sorprender a muchos con lo hermosa y refinada que era su apariencia con tan solo verle andar.

Sus túnicas verdes caían ondulantes con el viento, enmarcando su figura a pesar de ser holgadas y pesadas, y aun con eso Shen QingQiu permanecía con un andar elegante, que lograba que cualquiera volteara a mirarle con admiración.

Habían llegado en la noche, el camino a ese pueblo parecía haber sido más corto de lo que esperaba. La luz de los puestos de venta y casas iluminaban la ciudad con facilidad, al parecer era una de esas típicas ciudades, aunque pequeñas, animadas de alguna forma. Cosa que llegaba a incomodar a Shen QingQiu de alguna forma.

Ocultando su rostro del frío aire nocturno, con un hermoso abanico de papel con un cuidadoso diseño de bambú, comenzó a adentrarse a aquella ciudad, dándole una mirada al conductor del carruaje, el cual entendió que ya no era útil por el momento, así que se retiró del lugar.

Al verle alejarse, Shen QingQiu al fin decidió continuar su camino hacia aquella misteriosa ciudad.

No llevaba demasiado tiempo recorriendo el lugar, pero las personas empezaban a recoger sus puestos para poder irse a la cama, Shen QingQiu no sabía la hora precisa en ese instante, pero al ver la posición de la luna que iluminaba con demasiado ánimo las calles de la ciudad, podría suponer el hecho de que era realmente tarde.

Al seguir su camino, frente a él apareció un hombre de túnicas oscuras y elegantes, su cabello caía en cascada sostenido solo por una especie de horquilla similar a una corona, más alto que Shen QingQiu y con una ridícula sonrisa amable en su rostro al ver al otro, llegó con pasos apresurados, aunque de alguna forma disimulados, al lado de Shen QingQiu.

De inmediato, este supo de quién se trataba, y ocultó su expresión de disgusto detrás de su abanico, apretándolo hasta que sus nudillos se pusieron de un color blanquecino. "Zhangmen-Shixiong..." Escupió las palabras como si de veneno se tratase, en un tono algo bajo pero audible para cualquiera presente. "¿Para qué me llamaste? ¿Acaso el gran líder de secta no es capaz de resolver un pequeño caso como este?"

Yue QingYuan sonrió, siempre esperaba esa clase de actitud de parte de su Shidi, así que realmente no le molestaba, de cierta forma, le alegraba que al menos con eso pudieran hablar. "Shen Shidi, es bueno verte, ¿cómo has estado?" preguntó el mayor haciendo una típica inclinación para saludarle.

Shen QingQiu volteó el rostro con amargura, estaba cruzado de brazos aún con su abanico ocultando su expresión, esperando la respuesta a su pregunta. Siempre que estaban solo ellos dos, Shen QingQiu no mostraba casi ninguna señal de respeto, así que, por el lado de Yue QingYuan, esto era algo típico y de alguna forma adorable, aunque sinceramente sentía un poco de dolor al no poder acercarse a él como antes.

Los 7 Días De Una MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora