En un mundo distante.
Arcahis. Un mundo humano completamente aislado del imperium y de cualquier otra cosa. Arcahis es un mundo con mucha fauna, bosques, agua y selvas. Este mundo es más fructífero que incluso Terra en sus mejores momentos cuando no tenía la industrialización envenenándola.
Los humanos llegaron a poblar este mundo cuando un crucero del Imperium hace muchos milenios se perdió por razones desconocidas. La nave llegó a este mundo sin nada tecnológico sobreviviendo ni tampoco soldados, tan solo sobrevivieron algunos pobres civiles y nobles que no sabían absolutamente nada de tecnología en cuestiones de crearla y producirla.
Las familias y solitarios se reproducieron y muy pronto el mundo se llenó de aldeas, luego ciudades hasta llenarse de reinos medievales. Sin embargo, no nacieron, no se alzaron o más bien fueron silenciados gente brillante que pudiera evolucionar la sociedad o sus conocimientos, por lo que se quedaron estancados por un muy largo tiempo, ya sea en cultura o en tecnología.
Sin embargo, no estamos aquí para enfocarnos en la historia de Arcahis, sino de un joven en específico.
Un joven sin nombre que ha sido cuidado en una granja por una mujer a quien le han cortado la lengua por ciertos crímenes que cometió antes. Tiene una edad actual de 15 años, una altura de 187 cm, un peso de 74 kilos y un cuerpo muy trabajado por sus actividades diarias y por algunos secretos de su madre.
Sus actividades diarias además de hacer los trabajos más duros físicos en la granja consistían en ayudar la construcción del reino cercano, proteger las propiedades de su madre de bandidos y animales, comerciar sus productos muy apresurado por el poco tiempo que tiene de sobra, cazar animales incluyendo los más grandes depredadores de este mundo y sustituir a un forjador famoso en varias ocasiones. Sus pasatiempos son desconocidos, pero siempre los hace en el bosque más cercano.
La razón por la que hace tantas cosas es por la disciplina de su madre adoptiva, causando que fuera extremadamente disciplinado, pero la incapacidad de habla de la madre adoptiva le ha hecho mucho daño en su carisma al no poder aprender a hablar.
Su granja no sufrió más robos cuando cumplió los 12 años y obtuvo suficiente experiencia y dinero en los distintos trabajos, matando a los bandidos que intentaban asaltar su granja, sin embargo, no era muy bien pagado... por lo que a los cadáveres de los bandidos les dio un uso...
Usó la carne de los bandidos para alimentar gran parte del ganado, y usó sus huesos para forjarse una armadura hecho de huesos humanos. Sin embargo, solo lo usa cuando está en la granja o el bosque durante la noche. No obtuvo renombre porque no quería que nadie supiera de sus actos. Solo su madre lo sabía pero se acostumbró a eso, aunque no el hedor de la muerte que causaba.
Su presencia a pesar de su juventud y no llevar la armadura de muertos causaba mucho temor o al menos inquietud en la gente de su alrededor. Sus músculos estaban más desarrollados y refinados que todos los de su alrededor y su mirada se había vuelto constantemente fría y desmoralizadora por sus actos contra los bandidos que asaltaban su granja. Sin embargo, tenía algo intoxicante en su apariencia que atraía a las personas por más inquietud o temor que causaba...
Durante toda su vida nunca sonrió... muy a pesar de que no estaba en lo más mínimo deprimido y amaba la vida que tenía. ¿Quizás simplemente no le gusta sonreír? ¿No sabe lo que es sonreír?
Todos tienen talentos en diferentes áreas, por ejemplo, cada persona tiene un diferente nivel de talento físico, eso incluye también en las capacidades mentales, aunque esos dependen más de las decisiones de las personas. Este joven tiene 3 enormes talentos conocidos por el momento: El talento físico, el talento mental y la inteligencia.
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Señor de Commorragh "abn alhayat wal'alam"
FanfictionNadie sabía sus orígenes, nadie entendía como lo hizo y todos los mortales le temen... Criado en un mundo del imperium muy aislado, vio morir a su familia y fue capturado por los infames eldar oscuros, conocidos como los drukhari. La vida le sonrió...