Parte 8: Nuevos comienzos

0 0 0
                                    


El verano había llegado a su fin y con él, la despedida inminente entre María y Diego. Después de su emotiva despedida en la casa de verano, ambos regresaron a sus rutinas diarias, llevando consigo el peso de la separación, pero también el consuelo de los recuerdos compartidos. María se encontraba en su habitación, revisando sus cosas mientras empacaba para el inicio del nuevo semestre en la universidad. Su teléfono sonó con un mensaje de Diego.

Diego: "Hola, María. ¿Cómo va todo? Pensé en ti mientras estudiaba para mis exámenes. ¿Te gustaría hacer una videollamada esta noche?"

María sonrió al leer el mensaje y rápidamente le respondió.

María: "¡Hola, Diego! Claro, me encantaría. Estoy ocupada empacando, pero haré un hueco para hablar contigo."

La videollamada se realizó a las 9 p.m., y ambos se conectaron a través de sus teléfonos con sonrisas brillantes y ojos llenos de emoción.

"¡Hola!" dijo Diego, su cara iluminada por la luz de su habitación. "¿Cómo ha ido tu primer día de vuelta en la universidad?"

"Hola," respondió María, con una sonrisa que reflejaba su alegría al verlo. "Ha sido un día bastante ajetreado. He estado tratando de ponerme al día con todo lo que he perdido durante el verano. Pero verte ahora hace que todo sea mejor."

Diego se rió suavemente. "Estoy feliz de escucharlo. También he tenido un día largo, pero hablar contigo siempre mejora mi estado de ánimo."

Mientras conversaban, María sintió una mezcla de alivio y tristeza al darse cuenta de cuánto había extrañado esos momentos de conexión con Diego. La conversación fluyó con facilidad, abarcando desde anécdotas cotidianas hasta recuerdos del verano y sueños para el futuro.

"Diego," dijo María después de un momento de reflexión, "a veces me siento insegura sobre cómo manejar la distancia. ¿Cómo podemos hacer que esto funcione? Me preocupa que, a medida que el tiempo pase, pueda ser difícil mantener nuestra conexión."

Diego la miró con comprensión. "Yo también tengo mis preocupaciones, pero creo que la clave está en la comunicación y en hacer un esfuerzo por mantenernos conectados. Podemos planificar visitas, hablar regularmente y apoyarnos en los momentos difíciles. Lo que tenemos es fuerte, y creo que podemos superar cualquier obstáculo si ambos estamos comprometidos."

María asintió, sintiéndose reconfortada por sus palabras. "Tienes razón. Es importante que sigamos haciendo el esfuerzo por mantenernos en contacto. Quiero que estemos presentes en la vida del otro, incluso si es a distancia."

Durante las siguientes semanas, María y Diego hicieron un esfuerzo consciente por mantenerse conectados. Se llamaban a diario, enviaban mensajes y correos electrónicos, y compartían detalles de sus vidas cotidianas. Aunque la distancia era un desafío, ambos se esforzaban por hacer que su relación fuera una prioridad.

Un sábado por la mañana, mientras María estaba en la cafetería de la universidad, recibió una notificación de video en su teléfono. Era un mensaje de Diego.

Diego: "¡Hola, María! Solo quería sorprenderte con un pequeño video. Estaba pensando en ti y quería mostrarte algo."

María tocó el video, y pronto vio a Diego en un parque, sosteniendo una caja de suéteres de colores. "Hola, María. Te echo mucho de menos y quería mostrarte estos suéteres que compré para el invierno. Creo que te gustarían. Espero que te saquen una sonrisa."

María rió al ver el video y le respondió con un mensaje de agradecimiento. La idea de compartir momentos cotidianos, a pesar de la distancia, les ayudaba a sentirse más conectados y a mantener el entusiasmo por su relación.

A medida que avanzaba el semestre, María se adaptaba a su nueva rutina y se sumergía en sus estudios, mientras que Diego enfrentaba los desafíos de su propio curso universitario. Aunque la distancia era difícil, ambos encontraban maneras de hacer que su relación fuera parte de su vida diaria.

Una noche, mientras María estudiaba en su habitación, recibió un mensaje de Diego con un enlace a una película. "¡Vamos a ver esto juntos!" decía el mensaje. "Sé que estamos en diferentes lugares, pero podemos hacer una 'noche de cine' virtual."

María se rió al ver el mensaje y se preparó para la película. Se conectaron en una videollamada mientras veían la película al mismo tiempo, comentando y riendo juntos como si estuvieran en la misma habitación. La noche de cine virtual se convirtió en una de sus tradiciones, una forma de mantener la conexión y disfrutar de la compañía del otro a pesar de la distancia.

A medida que el semestre avanzaba, María y Diego comenzaron a planificar su próxima visita. Diego planeaba viajar a la ciudad de María durante las vacaciones de invierno, y ambos estaban emocionados por la idea de pasar tiempo juntos nuevamente.

La anticipación de la próxima reunión era un consuelo para ambos. Aunque la distancia seguía siendo un desafío, la promesa de estar juntos nuevamente les daba esperanza y motivación para seguir adelante. Cada mensaje, cada llamada, y cada pequeño gesto se convertían en recordatorios de lo que compartían y de lo que tenían por delante.

Una tarde, mientras María estaba en el campus, recibió un mensaje de Diego con una foto de un par de entradas para un evento especial que habían planeado asistir juntos durante su próxima visita. "¡Mira lo que conseguí!" decía el mensaje. "Quería que supieras cuánto estoy esperando nuestra reunión."

María se sintió emocionada al ver la foto y respondió con entusiasmo. "¡Esto es increíble! No puedo esperar para estar allí contigo. Cada día que pasa, me doy cuenta de cuánto valoro lo que tenemos."

La distancia seguía siendo un reto, pero María y Diego estaban decididos a hacer que su relación funcionara. La comunicación constante, el apoyo mutuo y los pequeños momentos de alegría ayudaban a mantener viva la chispa de su amor. Sabían que el futuro era incierto, pero también sabían que lo que compartían era especial y valía la pena luchar por ello.

El camino hacia el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora