𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

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Su celo se había adelantado.

Su visión se tornó totalmente nublosa, la cantidad de feromonas estaba asfixiándolo, el lubricante no dejaba de salir y su aroma cada vez aumentaba, su omega se manifestaba de vez en cuando, aunque luego se iba, asustado al tener a tantos alfas observandolo.

Sin embargo, toda aquella sensación desapareció tan solo por unos momentosal sentir como lo tomaban por la cintura, llevándoselo de aquel lugar.

Vió a lo lejos al que pensaba que era su guardaespaldas correr hacía él y algo cruzó por su mente ¿Si su guardaespaldas no era el que lo sostenía? ¿Quién era el que estaba debajo de él?

Algo raro pasaba ahí, pero no era como si Ni-ki estuviera en las condiciones para averiguarlo, sus párpados pesaban, su cuerpo se sentía adormecido, su vientre dolía y el lubricante seguía saliendo de él.

Poco a poco sintió el sueño apoderarse de él, hasta que finalmente todo se volvió borroso.

El olor a medicamentos fue lo primero que notó al despertar, sus ojos se abrieron, viendo el techo totalmente blanco de aquel cuarto, girando para observar su entorno, notando la intravenosa en su brazo, la cama no tan espaciosa en la que estaba, ...

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El olor a medicamentos fue lo primero que notó al despertar, sus ojos se abrieron, viendo el techo totalmente blanco de aquel cuarto, girando para observar su entorno, notando la intravenosa en su brazo, la cama no tan espaciosa en la que estaba, su ropa no era la que tenía anteriormente y él chico sentado al lado de su cama.

Ni-ki solo pudo suspirar, preguntándose como había llegado ahí, recuerdos borrosos pasaban por su mente, su presentación, sus kittys, el mesero, su guardaespaldas corriendo tras él chico que se lo estaba llevando.

No, nada importante.

Los ojos de Ni-ki aumentaron su tamaño al procesar el último recuerdo y él chico sentado al lado de su cama, se giró a observarlo.

Su cabello negro brillaba, se veía cuidado y hermoso, la ropa negra que llevaba contrastaba con su pálida piel, haciendolo ver precioso, su rostro era como el de un angel, los lunares de su rostro sin duda eran lo más llamativo, sus labios delgados, hidratados y
lindos, sus manos y las venas  notandose en estos hizo a su vientre contraerse, se veía tan guapo y angelical, anhelaba conocer el color de esos ojos y escuchar su voz.

Había algo familiar en él, algo que él recordaba.

En cuestión de minutos vió como él hombre se removía en su asiento, murmuraba cosas sin sentido y volvía a quedarse quieto, eso hasta que lo vió alzar la cabeza y mirarlo fijamente, Ni-ki quiso morir ahí mismo, aquellos ojos azules lo miraban, analizando cada parte de su cuerpo.

Sintió saltar a su omega interno y a la misma vez sintió los característicos tirones en su estomágo.

—Veo que ya despertaste. —Soltó él chico frente a él y uff, aquella voz causó un caos en Ni-ki, quería arrodillarse ante aquel macho tan perfecto a sus ojos, sus instintos más primitivos le ordenaban mostrar su cuello y sus instintos por el celo se preguntaban que tan bueno sería aquel hombre en la cama.

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⏰ Última actualización: Oct 09 ⏰

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