𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒

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Estaba frente al edificio donde vivía su querido Ni-ki, llevaba consigo un lindo regalo para su omega y se sentía de lo mejor por ello.

Ni-ki era realmente él que le gustaba y lo que más amaba, daría todo por Ni-ki, aún si eso implicara perder su vida.

¿Era normal este grado de amor por él omega?

Sunghoon creía que si, pues era un amor sincero que todo alfa debía tener por su omega, él sabía que Ni-ki era él suyo, su alfa se lo había dicho desde el instante en que lo vió en la pantalla de su telefóno.

Sin más, entró directamente al edificio, sin hacerse líos.

Su identidad falsa lo ayudaba bastante en ese tipo de situaciones, pues el estar supuestamente casado y con hijos lo ayudaba bastante a acercarse a muchos idols, entre ellos su precioso Ni-ki.

Con una sonrisa subió directamente al último piso, que es donde residía su omega, al llegar verificó que no hubiera nadie y se acercó al departamento del chico, dejó el regalo en el suelo, tocando el timbre y luego corrió a esconderse detrás de un pasillo.

Viendo fijamente como él rubio salía y al no ver a nadie tomaba el regalo con una sonrisa.

Eso hacía que su corazón latiera desesperado, amaba tanto aquella sonrisa, aquella sonrisa que uno de estos días sería solo para él.

Riki sonrió al ver el regalo en sus manos, era un bonito peluche, sabía que por reglas de la empresa que no podía conservarlo, pero a veces era tan lindo tener esas pruebas de que alguien allá afuera lo amaba a tal punto de llevarle regalos

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Riki sonrió al ver el regalo en sus manos, era un bonito peluche, sabía que por reglas de la empresa que no podía conservarlo, pero a veces era tan lindo tener esas pruebas de que alguien allá afuera lo amaba a tal punto de llevarle regalos.

Si bien al principio estuvo reacio a hacerlo, cuando empezó no pudo parar, quedándose con cada uno de los regalos que llegaban a su puerta, nunca tenían remitente y mucho menos un aroma, pero le agradaba.

Pensando un poco en quien podría ser, agarró el patito de peluche y lo colocó en su mesita de noche, sonriendo al ver lo bonito que se veía y sin pensar muy bien, sostuvo su teléfono y tomó una foto, publicandolo en weverse.

Al instante recibió comentarios y reacciones de kittys, unos preguntaban si se lo habían dado o él lo había comprado, otros decían que estaba muy lindo y muchos afirmaban que era igual a él.

Sonriendo, comenzó a interactuar con sus fans, hasta que se dió cuenta de él.

Park Sunghoon.

Él alfa había comentado y con una sonrisa aún más grande comenzó a interactuar con él.

Las mariposas en su estómago no se hicieron de esperar, revoloteando al ver la fotografía del alfa y su lobo aullando feliz al estar interactuando con él.

Sunghoon era un alfa muy guapo, lo había visto en muchas ocasiones, en fan meetings, en conciertos e inclusive en eventos.

Al principio él había pensado que se trataba de un sasaeng, sin embargo, había descartado la idea al darse cuenta que solo lo veía en sitios en los que era habitual encontrarse con fans y no en lugares más privados como los sasaengs.

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