When death falls in love with life - nomin

8

✝

˗ˋˏ ♡ ˎˊ˗

El tiempo, aunque implacable en su avance, no había aliviado el dolor que Jeno y Jaemin sentían desde su separación, ambos se encontraban atrapados en un mar de confusión y melancolía, luchando por reconciliar el vacío de sus corazones con la realidad de sus roles y responsabilidades.

Jeno se encontraba en su ámbito habitual, una vasta extensión de oscuridad salpicada por luces tenues que apenas lograban iluminar los rincones más oscuros de su ser, cada sombra en el espacio parecía reflejar la tristeza y el vacío que sentía desde la separación, la soledad, que siempre había sido su compañera constante, ahora se sentía aún más pesada, como si el espacio mismo estuviera cargado con la ausencia de Jaemin.

Durante el día, se dedicaba a sus tareas con una eficiencia meticulosa, como si el cumplimiento de sus deberes pudiera ofrecerle una distracción de su dolor, pero cada vez que una nueva alma llegaba al umbral de la muerte, sentía la ausencia de su imposible con una intensidad dolorosa, las almas, que antes le parecían un simple deber, ahora le recordaban lo que había perdido.

En uno de estos momentos, mientras guiaba a un alma perdida hacia el más allá, sintió una punzada en su pecho, la tristeza era un peso constante, una carga que no podía dejar atrás, miró al alma frente a él, un reflejo sombrío de lo que alguna vez había sido, y sintió una conexión con ella, como si su propio dolor se reflejara en la pérdida de la vida del alma.

—No sé si puedo seguir así —murmuró Jeno para sí mismo, la voz apenas audible en la vasta oscuridad— Todo parece tan vacío sin él.

La incapacidad para deshacerse de estos sentimientos lo estaba consumiendo, cada vez que pensaba en Jaemin, sentía una mezcla de amor y tristeza, una dualidad que no podía resolver, el equilibrio entre vida y muerte, que alguna vez había sido su propósito y su deber, ahora se sentía como una prisión.

Por otro lado, Jaemin se encontraba en un entorno lleno de luz, pero la brillantez de su mundo parecía haber perdido su esplendor, el mundo de la vida, que solía estar lleno de esperanza y energía, ahora se sentía sombrío y desolado. La separación de Jeno había dejado una marca profunda en él, y la tristeza parecía envolverlo en una nube constante de melancolía.

Él realmente se esforzaba por mantener su rol como el portador de la vida, sus tareas diarias incluían infundir esperanza y vitalidad en las almas que llegaban a su esfera, pero cada vez que lo hacía, sentía un dolor interno, la vitalidad que solía ser natural y fluida ahora se sentía forzada y vacía.

Mientras paseaba por los campos de flores que solían ser su refugio, Jaemin observó cómo los colores de las flores parecían más apagados, cada pétalo, cada brote, parecía reflejar su propio estado de ánimo, intentaba distraerse con las tareas cotidianas, pero el dolor de la separación siempre estaba presente, una sombra constante en el rincón más profundo de su ser.

—¿Cómo puedo seguir adelante sin él? —se preguntó en voz alta, su voz resonando en el vacío de su propio dolor— Todo lo que hago se siente sin sentido.

El contraste entre su rol y su estado emocional era abrumador, la vida que debía representar ahora parecía una carga en lugar de un regalo, la conexión con Jeno, aunque breve, había sido profunda y significativa, y la ausencia de esa conexión estaba haciendo que cada aspecto de su existencia se sintiera incompleto.

Ambos se encontraban en una lucha interna constante, tratando de encontrar sentido en la separación y en sus roles, la batalla emocional era un reflejo de lo complejo que eran sus sentimientos y lo difícil que se estaba tornando aceptar la realidad de sus responsabilidades. Jeno pasaba sus noches en vigilia, revisando sus pensamientos y sentimientos, la oscuridad que lo rodeaba parecía ser un eco de su propia tristeza, y el silencio de la noche solo amplificaba su dolor. El desasosiego de la separación le hizo cuestionar la naturaleza de su rol, ¿Era posible encontrar un propósito en su existencia sin Jaemin a su lado?, la lucha interna entre el deber y el deseo lo atormentaba.