When death falls in love with life - nomin

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La atmósfera en el dominio de Jeno estaba cargada de una tensión inusual, como si el aire mismo estuviera pesado con presagios no pronunciados, el ciclo de la noche había caído con una oscuridad más densa y envolvente de lo habitual, como un manto negro que cubría todo a su paso, las sombras parecían más profundas, y la luz de las estrellas apenas conseguía perforar la negrura opresiva. Jeno, en su lugar habitual de observación, una especie de mirador en lo alto de una colina de rocas oscuras, contemplaba el vasto vacío que se extendía ante él, sus ojos penetrantes recorrían el horizonte, buscando algún indicio de cambio, algún movimiento en la quietud, el viento soplaba suave y helado, llevando consigo los ecos de la soledad que resonaban con cada susurro, era como si el mismo aire estuviera lleno de lamentos y suspiros antiguos, recordatorios constantes de su papel solitario. El paisaje alrededor de él estaba teñido con una paleta de grises y negros, un terreno árido y desolado donde ninguna vida parecía poder arraigarse, los árboles retorcidos y sin hojas se levantaban como figuras espectrales en la penumbra, sus ramas crujientes parecían susurrar secretos ininteligibles al viento, las piedras bajo sus pies eran frías y ásperas, irradiando una sensación de antigüedad que contrastaba con la propia juventud eterna.

Era en este momento de introspección, cuando el peso de su existencia parecía más palpable, que la presencia de un ente antiguo y enigmático apareció, su llegada fue silenciosa pero poderosa, como si hubiera estado allí desde siempre, esperando ser notado, su forma, indefinida y cambiante, parecía ser una amalgama de luces y sombras, una entidad que desafiaba las leyes de la realidad, en algunos momentos, su figura se delineaba con claridad, revelando una forma humanoide, en otros, se desdibujaba y se expandía, convirtiéndose en una nebulosa de energía pura. El ente avanzó hacia Jeno con una majestuosidad etérea, flotando apenas sobre el suelo, la energía que emanaba de él era palpable, una mezcla de calor y frío, luz y oscuridad, vida y muerte, parecía un ser de contradicciones, una manifestación de todos los opuestos que Jeno había llegado a conocer tan bien. A medida que se acercaba, la temperatura a su alrededor fluctuaba, creando un juego de contrastes que hizo que el entorno pareciera vibrar con una intensidad casi tangible; sorprendido, pero sin perder la compostura, dio un paso adelante, sus ojos, generalmente llenos de una indiferencia helada, brillaban ahora con una mezcla de curiosidad y cautela, sentía la necesidad de entender la naturaleza de esta presencia, de discernir su propósito en un lugar tan aislado y sombrío — ¿Quién eres? —preguntó, su voz firme pero con una nota de curiosidad, resonando en el aire denso.

—Jeno —dijo el ente con una voz que resonaba en las profundidades de la existencia—. He estado observando tus luchas y tu sufrimiento.

Jeno, sorprendido, se volvió hacia el ente con una mezcla de curiosidad y desconfianza. Sus ojos se entrecerraron, tratando de discernir la intención detrás de esta visita inesperada.

—¿Quién eres? — volvió a pregunta, su voz cargada de escepticismo— ¿Y qué quieres de mí? — añadió.

El ente sonrió, una expresión de infinita sabiduría y comprensión— Soy un guardián de los equilibrios, una entidad que supervisa las fuerzas del cosmos. He venido a ofrecerte una oportunidad que rara vez se presenta.

La propuesta del ente era tan tentadora como aterradora, Le ofreció a Jeno la posibilidad de renunciar a su rol como la Muerte, de abandonar su posición eterna y unirse a Jaemin en una nueva existencia, pero esta oferta no venía sin condiciones, debía enfrentar desafíos y sacrificios significativos si deseaba cambiar su destino.

El ente, con su forma fluctuante y etérea, parecía aún más imponente mientras hablaba — El equilibrio entre vida y muerte es delicado — explicó, su voz resonando como un eco profundo y antiguo — Para que puedas estar con Jaemin, debes estar dispuesto a abandonar todo lo que has conocido, este cambio no solo afecta tu existencia, sino también el equilibrio de las fuerzas que mantienen el universo en armonía.