CAPITULO 6

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La sala de reuniones, grande y austera estaba llena de miembros del consejo y representantes de los gobiernos humanos. La atmósfera estaba cargada de tensión mientras esperábamos a que comenzara la reunión. La iluminación fría y las paredes adornadas con símbolos de las manadas sólo aumentaban la sensación de inminente confrontación.

Me mantuve en silencio, observando con un semblante grave a los representantes de nuestra contra parte que tomaban asiento. El General Marcus Alden, un hombre de presencia imponente y voz autoritaria se adelantó para tomar la palabra.

—Señor Powell, —comenzó el General Alden con un tono de firmeza que resonaba en la sala—. Venimos aquí con un propósito muy claro: exigir el cumplimiento de los Tratados de Abolengo. Los recientes eventos han puesto en peligro no solo la estabilidad de nuestra región, sino también la seguridad de los ciudadanos.

Las palabras del General resonaron en la sala, generando una oleada de murmullos entre los presentes. La violación de los tratados, que prohibían cualquier forma de agresión o transgresión entre las manadas y los humanos, era un tema delicado y grave.

—Los ataques recientes por parte de su especie es una violación flagrante de estos acuerdos —continuó Alden—. No solo han comprometido nuestra seguridad, sino que también han arrebatado la vida de ciudadanos inocentes. Esta situación es inaceptable y requiere una respuesta inmediata.

Me esforcé por mantener la calma mientras escuchaba. Sabía que las acusaciones eran ciertas, pero la magnitud de la situación era mayor de lo que había anticipado.

—General Alden —dije tratando de mantener un tono conciliador, este hombre siempre ha estado a la defensiva desde que lo conozco y de cierta manera puedo entender una parte de lo que Keegan dijo en la reunión pasada. Nos tiene miedo —. Estamos conscientes de la gravedad de la situación. La manada está tomando medidas para abordar y corregir cualquier violación de los tratados. Sin embargo, necesitamos tiempo para investigar y resolver estos incidentes de manera interna. Además, déjeme decir que ustedes estaban igual de dispuestos a pasar por alto los acuerdos ya que se me informo que había tiradores listos en espera de ordenes mientras mi manada incursionaba en el ataque a los suburbios.

El General Alden frunció el ceño removiéndose incomodo en su asiento, esa no se la esperaba.

—El tiempo es un lujo que no podemos permitirnos, ante situaciones desesperadas recurrimos a soluciones desesperadas —respondió Alden con firmeza—. Mis superiores han exigido que se tomen acciones correctivas inmediatas. Si no se cumple con los tratados, enfrentaran consecuencias severas. Esto podría incluir sanciones económicas y, en el peor de los casos, una intervención militar.

Sentí la presión aumentar. La posibilidad de una intervención militar no era algo que pudiera tomar a la ligera. La estabilidad de las manadas y su paz estaban en juego.

—Estamos comprometidos con la resolución de este problema, a continuación, proporcionaremos un informe detallado y las medidas que se están tomando. También colaboraremos en la investigación para asegurarnos de que todos los responsables sean llevados ante la justicia, pero primero tenemos que designar quien lo es y quien no. Así que si nos permite.

Victoria desgloso completamente los documentos que ya me había enviado con anterioridad omitiendo algunos detalles obviamente respecto a todo lo que tenía que ver con la identidad de Alex, eso sí era algo que no podíamos darnos el lujo de compartirlo con ellos ya que solo nos traería más problemas.

Al parecer lo que infecto a mi gente fue una especie de bacteria proveniente del acónito, cuya función es muy compleja y de la cual aún se está analizando como influye en el sistema. Los pocos datos que tenemos demuestran que los portadores se vuelven extremadamente agresivos y violentos, la jerarquía se borra completamente de su instinto y es imposible controlarlos, sus cuerpos sufren un aumento en fuerza física momentáneamente y después se desploman por completo quedando inconscientes, hasta ahora ninguno de ellos ha despertado.

LIBÉRAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora